El PSE rebaja a «desliz» el rechazo de su líder juvenil a pactar con Bildu

«Ninguna necesidad aritmética justifica tratar como a uno más a quienes no lo son», señaló ante Mendia

Víctor Trimiño fue proclamado líder de Juventudes vascas el domingo

Itziar Reyero

Víctor Trimiño es un joven socialista vasco-burgalés que ha desafiado desde la base la estrategia política del Gobierno que ve en Bildu a un nuevo aliado del Estado con el que aprobar los Presupuestos. Licenciado en Físicas, 28 años, se afilió en 2011 a la agrupación local de Galdácano, donde ejerce de concejal, y en estos años de militancia ha despuntado por su «buena cabeza política», señalan sus compañeros del PSE en Vizcaya. «Tiene mucho recorrido», aseguran. Este domingo fue designado secretario general de las Juventudes Socialistas del País Vasco y en su discurso de proclamación lanzó un torpedo a la línea de flotación del partido, cuestionando el coqueteo con Bildu, su «blanqueo» .

«Incapaz de condenar»

Estas fueron las palabras del nuevo líder juvenil socialista, aguerrido edil en el municipio de Galdácano, gobernado precisamente por Bildu, quien ayer sin embargo, abrumado por la repercusión de su discurso crítico, cerró el acceso a su cuenta de Twitter: «Debemos estar enfrente de cualquier intento por normalizar o por blanquear a una fuerza política que sigue siendo incapaz de condenar más de 850 asesinatos y que sigue ensalzando a los terroristas que los cometieron. Ninguna necesidad aritmética justifica tratar como un partido más a quienes desde un punto de vista ético no lo son», afirmó el domingo.

Pero sus palabras, al parecer, pasaron desapercibidas para Idoia Mendia , sentada en primera fila del congreso de los jóvenes del PSE, hasta que no leyó los titulares de la prensa. Tampoco se dio por aludido el exlendakari Patxi López. O eso afirman en la dirección del partido, que trata de quitar hierro a unas declaraciones de alto voltaje, que se cuidaron mucho de cubrir. El partido difundió cortes de video de Mendia y el líder federal de Juventudes, pero no sacó nada del «protagonista».

Varios dirigentes consultados atribuyen a la inexperiencia la salida del guion de Trimiño y lo rebajan a un mero «desliz». «Cosas del chaval. Es un recién llegado y aprenderá a corregir este tipo de deslices», corrobora un alto cargo guipuzcoano. Sin embargo, su perfil beligerante frente al mundo de la vieja Batasuna es nítido y así lo ha mantenido en las reuniones del comité provincial de Vizcaya en los últimos años. «Ahí se ha debatido varias veces sobre cuál debe ser nuestra relación con Bildu, y Víctor ha intervenido muy activo», apunta otro militante implicado, que comparte su repulsa: «Yo solo puedo llevar acuerdos de gobernabilidad si tenemos sustratos éticos comunes, y no es el caso» .

Un repaso a las cuentas de Trimiño en redes sociales constata su rechazo explícito a una «izquierda abertzale» especialmente envalentonada en su municipio, donde es tradición el homenaje en las calles a los presos de ETA. Trimiño suele retuitear mensajes de colectivos como Covite y otros que trabajan por preservar la memoria de las víctimas.

El último, el pasado 13 de septiembre, decía así: «Pues esto es Sortu/ Bildu. Muy interesante lectura para la dirección de @Podemos Euskadi que se presentó a las pasadas autonómicas con el únicoi objetivo de entregarles la Lehendakaritza. Interesante también para esa parte de la izquierda que fuera de Euskadi los trata como aliados» , escribió el joven socialista sin pensar que sería su propio partido el que recibe en dependencias del Gobierno central a Bildu, como a uno más.

Abismo ético

Pero lo cierto es que ante el silencio de los barones territoriales , Pedro Sánchez está repitiendo en el Parlamento nacional la misma estrategia que adoptaron los socialistas vascos cuando Bildu fue legalizada, en 2011. Si está en las instituciones, es una fuerza política más con la que se debe contar . Aunque les separe un abismo ético con quienes aún hoy siguen sin condenar el terrorismo de ETA, y lo justifican en una supuesta «guerra» de ida y vuelta con el Estado.

Mañana la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo , recibirá a los portavoces en el Congreso de Bildu, como ya hizo la semana pasada Pablo Iglesias para explorar su apoyo a los Presupuestos Generales del Estado . Y en la sede central del PSE en Bilbao recetan «normalidad». «Esto no es nuevo, ya se llegó a un acuerdo sobre la reforma laboral en el Congreso» , señala un veterano dirigente naturalizando la relación con la vieja Batasuna también en Madrid. «Estamos en una urgencia nacional», opina otro cargo de Guipúzcoa.

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