Rajoy niega cualquier vínculo con Villarejo y defiende a Cospedal y a la cúpula de Interior

Así lo ha defendido el expresidente del Gobierno en la Comisión del Congreso que investiga el caso 'Kitchen'

Rajoy, durante su comparecencia EP / Vídeo: Rajoy: «No conozco al señor Villarejo y ni siquiera me consta haberlo visto en sitio alguno» - Atlas

Jorge Navas

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El anterior presidente del Gobierno y del PP, Mariano Rajoy, volvió este lunes al Congreso para insistir varias veces en que es «absolutamente falso» que tuviera cualquier implicación o conocimiento de la Operación Kitchen, la causa judicial que investiga la Audiencia Nacional sobre la trama de espionaje al extesorero popular Luis Bárcenas en 2013 para sustraerle documentos que pudieran comprometer a su partido.

El expresidente cerró el turno de comparecencias en la comisión de investigación del Congreso sobre este asunto. Lo hizo, como había anunciado la semana pasada, respondiendo a todas las preguntas de los grupos parlamentarios durante más de dos horas y media, en las que reiteró que «jamás» se ha reunido o mensajeado con el excomisario porque ni siquiera le conocía. Y, por tanto, tampoco le pudo hacer «directa o indirectamente» ningún encargo ni comentario sobre la operación para espiar a Bárcenas.

Rajoy defendió que «no hay ningún tribunal que haya afirmado la existencia de una caja B en el PP» y recordó que su partido sólo ha sido condenado en otras causas de corrupción a título lucrativo, la figura por la que se condena a alguien cuando se beneficia de un delito pese a desconocer los hechos.

También defendió a otros miembros del PP y del Gobierno durante su etapa que están o han estado implicados en esta causa. Así, negó que hablara de ello con su secretaria general, Dolores de Cospedal, que fue imputada por este asunto a principios del verano, pero exonerada apenas dos meses después.

Y apoyó a la cúpula de su Ministerio del Interior, la misma a la que el juez instructor de la Audiencia Nacional imputa el montaje de la operación para espiar a Bárcenas con ayuda de Villarejo. El expresidente dijo que tiene una opinión «magnífica» de los números uno y dos de Interior durante esa época, Jorge Fernández Díaz y Francisco Martínez, que están procesados en esta causa. Defendió su presunción de inocencia y se mostró convencido de que Fernández Díaz no orquestó la Kitchen.

Por momentos pareció que Rajoy tenía más ganas de responder que algunos portavoces de esta comisión parlamentaria, especialmente Felipe Sicilia (PSOE) y Gabriel Rufián (ERC), que protagonizaron las intervenciones más broncas. Al primero le reprochó que utilice como «gran argumento de autoridad» a Bárcenas y Villarejo cuando el último ha insinuado graves acusaciones contra el propio PSOE. «Yo no doy credibilidad a ninguno de los dos, tampoco a lo que dicen de Felipe González o Rubalcaba. Esa es la diferencia entre usted y yo», afeó al portavoz socialista, que le definió como el principal interesado en destruir las pruebas del extesorero. Rajoy aseguró que «me da exactamente igual lo que puedan decir» Bárcenas o Villarejo para defenderse ante sus «problemas con la Justicia».

Rufián acusó al anterior presidente de mentir y le recriminó varias veces que no estaba en un plató de televisión, aunque él mismo empleó un vocabulario más propio de algunos programas que de una comisión parlamentaria cuando le achacó que «se está usted cachondeando». Rajoy respondió a Rufián que «ha hecho el ridículo», por ejemplo al preguntarle si fue presidente del Gobierno: «Una pregunta muy inteligente. ¿Usted qué piensa?», espetó el expresidente al portavoz de ERC

Un «circo político»

Otros grupos, como Vox, Ciudadanos e incluso Unidas Podemos, mantuvieron un tono más respetuoso con el expresidente, aunque también fueron críticos. Al partido morado, como hizo antes con los socialistas, Rajoy le recordó que el excomisario Villarejo también ha lanzado graves acusaciones contra miembros de Podemos. Incluso tuvo tiempo para hablar de su reciente libro, en el que defiende la presunción de inocencia en política: «No obliguen a nadie a tener que demostrarla y sobre todo desde el Parlamento» , pidió Rajoy a todos los grupos en su vuelta al Congreso de los Diputados.

El expresidente llegó y se fue escoltado por la portavoz del PP y la vicepresidenta de la Cámara Baja, Cuca Gamarra y Ana Pastor, entre otros cargos populares. Con la suya se cierra el turno de comparecencias de una comisión por la que han pasado hasta 37 personas durante nueve meses supuestamente para depurar responsabilidades políticas, aunque la mayoría de ellas no ocupan ya ningún cargo público. Por eso la popular Gamarra insistió en que su partido no cree en esta comisión, que Olona (Vox) calificó desde el principio de «circo político».

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