Rajoy fulmina a Puigdemont y todo su Gobierno y convoca elecciones el 21 de diciembre

El Consejo de Ministros aprueba cinco decretos en aplicación del 155, tras la declaración de independencia en el Parlamento de Cataluña

Rajoy, ayer, durante su comparecencia vespertina ISABEL PERMUY
Mariano Calleja

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Carles Puigdemont fue destituido de forma fulminante ayer por la tarde. El cabecilla independentista ha dejado de ser presidente de la Generalitat, tras llevar a Cataluña al caos político, social y económico por su aventura separatista, que tuvo su punto culminante ayer con la aprobación de una declaración de independencia en el Parlamento regional. Apenas cinco horas después de esa votación, el presidente Rajoy, arropado por todos sus ministros, anunciaba en una declaración institucional en La Moncloa el cese de Puigdemont, de su vicepresidente, Oriol Junqueras , y de todos sus consejeros, en aplicación del artículo 155. El Pleno del Senado había autorizado las medidas excepcionales esa misma tarde.

Pero la respuesta del Gobierno de la Nación no se quedó ahí. En un giro sorprendente, el presidente Rajoy hizo uso de la facultad que le otorgan esas medidas del 155 y anunció la disolución del Parlamento autonómico de Cataluña. Rajoy ha convocado elecciones en esta Comunidad para el 21 de diciembre, jueves. No ha esperado así ni un minuto para llamar a las urnas, a pesar de que en el escrito aprobado por el Consejo de Ministros apenas seis días antes se fijaba un plazo de seis meses, ampliable, para convocar elecciones dentro de la normalidad. «Es un buen momento para hacerlo ya, para poner de manifiesto nuestra firme voluntad de restaurar la legalidad», comentaron fuentes del Gobierno.

El desafío independentista les ha salido caro a los golpistas. Ya con la autorización preceptiva del Senado , el Consejo de Ministros extraordinario convocado a las seis de la tarde aprobó cinco decretos para iniciar el camino de la vuelta al orden constitucional en Cataluña.

El primer decreto es para destituir a Puigdemont. En el segundo se incluye el cese de todos los consejeros. En un tercer decreto se establece que serán los ministerios los que asuman las funciones de las consejerías, como órganos equivalentes. En un cuarto decreto se incluyen estas medidas excepcionales: extinción de las oficinas del presidente y del vicepresidente de la Generalitat, así como del Consejo de Transición Nacional, el órgano creado en 2013 para asesorar en el proceso de independencia de Cataluña y para celebrar un referéndum de autodeterminación. En ese mismo decreto se aprueba el cese del director de los Mossos d’Esquadra , Pere Soler, así como del secretario general de la Consejería de Interior y la extinción del Diplocat y de las llamadas «embajadas» de Cataluña en el exterior, excepto la de Bruselas. También se destituyen a los delegados en Bruselas y en Madrid. El quinto decreto se reserva para la disolución del Parlamento autonómico, que irá seguido de la convocatoria de elecciones el 21 de diciembre.

Nueva etapa

Rajoy fue relatando una a una las medidas que ponían fin al Gobierno independentista de Puigdemont y abría una nueva etapa en Cataluña. El presidente no aceptó preguntas tras la declaración institucional, que leyó sin estridencias ni sobreactuación. Desde la tarde, cuando se conoció la aprobación de la declaración de independencia, las caras serias de los ministros indicaron la gravedad del momento que se estaba viviendo en España. Una de las más afectadas era la titular de Sanidad, Dolors Montserrat , que ha tenido que aguantar incluso cómo el Ayuntamiento de su pueblo natal, San Sadurní de Noya, la declaraba persona non grata esa semana, por el simple hecho de no ser secesionista.

El Consejo de Ministros ordinario, reunido media hora antes del extraordinario, acordó también llevar al Tribunal Constitucional la declaración de independencia aprobada esa tarde en el Parlamento regional. La resolución quedará anulada, como si nunca hubiera existido, al menos legalmente.

Habrá más medidas

Rajoy puso muy pocos adornos a una declaración escueta y directa. «Estas son las primeras medidas para recuperar la legalidad», advirtió. Aunque haya convocatoria electoral, el 155 sigue en marcha, y las destituciones no se paran aquí. De hecho, el posible relevo del «jefe» de los Mossos, Josep Lluis Trapero, podría producirse en cuanto el Ministerio de Interior se haga cargo de los Mossos. «No es un relevo que apruebe el Consejo de Ministros», explicaron en Moncloa.

«Son decisiones para restituir el autogobierno que ha sido liquidado», advirtió Rajoy. «Damos los primeros pasos para devolver la legalidad y la normalidad al autogobierno». La independencia, señaló el presidente, «es desgarradora, triste y angustiosa». «Eso lo sienten hoy todos los catalanes que no son independentistas, incluso muchos independentistas demócratas, que no pueden compartir el destrozo que esta operación basada en mentiras, fraudes e imposiciones está causando en el cuerpo social de Cataluña», explicó Rajoy.

El presidente agradeció el apoyo que ha tenido para tomar estas medidas del PSOE y de Ciudadanos, hasta el último momento. Ayer mismo habló con Pedro Sánchez y Albert Rivera , y permitió también que se aprobara una enmienda socialista en el Senado para suavizar el control sobre TV3, y evitó así que se enturbiara lo más mínimo el gran pacto de Estado que se ha sellado en España entre los partidos constitucionalistas, y que ha permitido frenar con fortaleza y unidad un golpe de Estado.

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