Curri Valenzuela

Rajoy, a su bola

Nadie ha demostrado que exista la menor relación entre abrirse camino a codazos para lograr un selfie con un candidato y votarle, pero a él le anima sentirse querido

Curri Valenzuela

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Alas ocho menos cuarto de la mañana de ayer ya estaba Mariano Rajoy dando zancadas por el puerto de Málaga, tarea que le llevó una hora mientras le perseguían corriendo los de la cadena de televisión que emitirán próximamente una entrevista con él.

Si fuera Murcia y no la provincia andaluza una de las circunscripciones en las que el PP teme que va a perder un escaño el 26-J, Rajoy habría hecho lo mismo por el puerto de Cartagena. También habría lanzado desde allí idéntico mensaje, una advertencia de que se puede desandar todo lo andado en la recuperación económica si él no continúa siendo presidente del Gobierno. Será repetitivo, pero no piensa decir otra cosa en el próximo mes y medio.

Rajoy «va a su bola», advierte uno de sus más estrechos colaboradores. Algunos en el PP preferirían que arriesgara más, se dedicara a efectuar nuevas promesas, participara en todos los debates posibles, pronunciara frases rotundas con las que los periodistas construirían llamativos titulares. Pero él deja ese espacio para que Pedro Sánchez, Albert Rivera y Pablo Iglesias emitan llamativos mensajes en continuas ruedas de prensa. Quiere diferenciarse de ellos para mostrarse como él cree que es: sólido y predecible. Si le consideran aburrido, qué le vamos a hacer.

El presidente en funciones ya descubrió la calle el otoño pasado y ahora de nuevo se dedica a recorrer mercados y besar niños de todas las ciudades españolas en la que sus expertos consideran que se la juega el 26-J. Nadie tiene demostrado que exista la menor relación entre abrirse camino a codazos para lograr un selfie con un candidato y votarle, pero a él le anima sentirse querido después de pasar cuatro años encerrado en La Moncloa y los suyos reconocen que es mucho mejor que encare la campaña cargado de energía positiva.

En Moncloa aseguran que no tienen encuestas fiables aún lo que les infunde bastante ánimo. Realistas, reconocen que lo único cierto a día de hoy es que van a ganar las elecciones otra vez. Y por mayor margen que en diciembre. «Quizás no nos voten muchos más, pero a otros sí puede que les voten menos». Su optimismo está basado en que exista un suficiente número de españoles que enfrentados a la disyuntiva de ver a Iglesias de presidente o a Rajoy seguir en la Moncloa, elijan lo segundo. Para ellos ya es bastante.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación