Rajoy afronta su declaración en Gürtel con la conciencia «tranquila»
El presidente comparecerá obligado a decir la verdad, «en estrados», y como «un ciudadano español», por sus anteriores cargos en el PP
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, acudirá el próximo miércoles a las 10 a la Audiencia Nacional para declarar como testigo en el caso Gürtel, citado por el tribunal que enjuicia a la trama corrupta como «un ciudadano español», por la información que pueda aportar dados sus anteriores cargos en el Partido Popular. Es la primera vez que un presidente del Gobierno en activo comparece en un juicio y en La Moncloa asumen con resignación que la imagen será impactante. Pero nada más. En el entorno de Rajoy están convencidos de que no habrá ninguna consecuencia dañina para el presidente y en pocas horas recuperará una agenda presidencial que cerrará el paréntesis de la citación y le devolverá su perfil institucional.
Rajoy se ha tomado con mucha calma este «mal trago», como lo califican en La Moncloa. Preguntar si el presidente está nervioso es inútil: casi nunca lo está, y por una declaración en la que «poco o nada tiene que aportar» todavía menos. «Estoy tranquilo» , confesó a los periodistas cuando le preguntaron en Lérida cómo afrontaba la citación. En su entorno lo corroboran.
De hecho, el viernes, en cuanto acabó el Consejo de Ministros, se fue con su esposa a pasar el fin de semana fuera de Madrid para descansar. «Será un arañazo en la chapa pero no tocará el motor», resumen en La Moncloa.
El presidente lleva días preparando su comparecencia ante el tribunal. Ha pedido toda la documentación del caso a los abogados del PP, para tener la información detallada de un caso «del que no sabe nada», según insisten en su equipo. «Acudirá con la conciencia muy tranquila, que es la que se tiene cuando uno sabe que no sabe o ha hecho nada», explica un ministro. «Por eso no tiene ningún temor», apuntan en su entorno. «Lo único que puede decir es lo que ya reconoció en 2009, que fue él mismo quien echó a Correa del partido», señalan en La Moncloa.
Aluvión de preguntas
En una entrevista en 2009 en RNE, aseguró que ni siquiera conocía al cabecilla de la trama Gürtel y que en 2004 prescindió de sus servicios en el partido cuando se lo planteó el tesorero. En La Moncloa sostienen que ese el el dato que podrá corroborar Rajoy, y poco más. No tienen muy claro que vaya a ser una comparecencia breve, y no descartan que el presidente se enfrente a un aluvión de preguntas, para intentar enredarle en otras ramas del caso. «Los abogados de las defensas y acusaciones van a encontrar su minuto de gloria». Es previsible que algunos abogados cuestionen al presidente sobre la caja B del partido, considerada acreditada por los jueces investigadores y cuya existencia se analiza en otro juicio; tanto la Fiscalía como las acusaciones particulares han sacado a relucir esta contabilidad.
«La imagen de un presidente declarando es algo que nadie quiere, pero se está intentando que se quede en una declaración sin más, de un testigo más. Para amortiguar esa mala imagen Rajoy tiene una ventaja: él es el presidente del Gobierno antes y después de declarar y la imagen del presidente se impondrá claramente a la del testigo», auguran en su equipo más cercano. De hecho, el jueves y el viernes su agenda de presidente está cargada: el jueves, acto de entrega de medallas de oro al mérito de trabajo en La Moncloa, con discurso incluido, y datos de la EPA , que serán positivos; el viernes, comparecencia y balance del presidente, donde pondrá énfasis en la buena marcha de la economía; y no se descarta que el mismo miércoles por la tarde haya una respuesta ante un posible nuevo paso de los independentistas catalanes, lo que le permitiría recuperar el perfil más institucional de manera inmediata tras declarar.
A petición de Adade
La comparecencia de Rajoy como testigo dividió a los tres jueces del tribunal del caso Gürtel, al oponerse a ella el presidente, el juez Ángel Hurtado , quien consideró su testimonio «innecesario», igual que la Fiscalía.
La acusación popular que solicitó la prueba, la asociación de abogados Adade, alega que Rajoy puede arrojar luz sobre las adjudicaciones a empresas de la trama, ya que el presidente ocupó el cargo de vicesecretario general del partido, y fue responsable de asuntos electorales, entre 1990 y 2003.
El presidente -que declarará bajo juramento de decir la verdad para no incurrir en delito- solicitó comparecer en videoconferencia , una fórmula utilizada con muchos testigos. El tribunal rechazó su petición y le obligó a acudir en persona, un acto que asegurará la contradicción de versiones y que los jueces enmarcaron «en la normalidad democrática». Aun así, Rajoy podrá declarar «en estrados» «para preservar su imagen institucional», lo que puede evitar la fotografía que le situaría por delante de los acusados. Un centenar de periodistas y severas medidas de seguridad aguardan el día.
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