Rajoy abre una sucesión urgente en el PP y evita dar ventaja a Santamaría en el Congreso
El líder del PP seguirá hasta que su sustituto renueve el partido «sin plantear cambios»
En los últimos días todo ha sido rápido, exprés, fulminante. El Gobierno de Rajoy cayó de golpe el viernes pasado, en la moción de censura liderada por Pedro Sánchez . El sábado, España ya tenía un nuevo presidente del Gobierno en La Moncloa. Y ayer, el que ha sido líder del PP durante 14 años y jefe del Ejecutivo desde 2011 tras ganar las últimas tres elecciones generales, anunció el punto final a su carrera política. Mariano Rajoy se despidió arropado por los suyos en la sede nacional de su partido. Lo hizo emocionado, con algún que otro ajuste de cuentas que tenía pendiente con sus principales adversarios políticos, y abrió una sucesión en su partido que quiere que se haga de forma urgente y ordenada, sin dar ventaja a nadie en una carrera que ya ha empezado.
La maquinaria para proceder al relevo se ha puesto en marcha en el PP, d e la forma más ágil que permiten sus estatutos . El lunes se ha convocado una Junta Directiva Nacional, que deberá convocar un congreso extraordinario. El plazo más corto para hacerlo, previsto para casos urgentes, es un mes. Y todos consideran en el partido que este momento lo es. Ayer, en Génova se daba por hecho que el cónclave del relevo de Rajoy se celebrará en julio.
En el momento de la despedida de Rajoy estaban presentes los que más suenan como sus sustitutos al frente del partido: Alberto Núñez Feijóo, Soraya Sáenz de Santamaría, María Dolores de Cospedal y Ana Pastor . El líder del PP quiso que su intervención en el Comité Ejecutivo Nacional fuera abierta, para que esa, y no otra de los últimos días, quedase como la imagen real de su adiós. «Estas jornadas no han sido fáciles para nadie», confesó el expresidente del Gobierno.
Crítica a Ciudadanos
Después de repasar los acontecimientos que han dado la vuelta a la situación política en España en muy pocos días, de recordar una y otra vez que su Gobierno no ha sido censurado por los ciudadanos, sino por una alianza «Frankenstein» liderada por Pedro Sánchez, anunció, emocionado, que había llegado al final.
No olvidó lanzar su último dardo contra Ciudadanos , al que consideró «socio preferente» hasta el último momento, y al que ahora acusó de «no saber ni siquiera hacer oposición al independentismo». «Tanto afán por hacer oposición al Gobierno que defendió la unidad de España nos ha llevado, al fin, a un nuevo Gobierno que llega al poder aupado por los independentistas. Paradojas de la vida».
«Ha llegado el momento de poner el punto final a esta etapa. El PP ha de seguir avanzando y construyendo su historia de servicio a los españoles bajo el liderazgo de otra persona. Lo hago porque es lo mejor para mí, para el Partido Popular y para España y lo demás no importa nada». Los populares dedicaron un aplauso cercano y caluroso a su presidente, claramente conmovido por el momento. «Que alguien pare, coño», soltó para poder acabar su discurso sin perder la compostura.
Renovación aplazada
Todos en el PP estaban esperando que Rajoy pronunciara unas palabras similares, y que diera alguna pista de cómo será la «transición ordenada» de la que se habla en Génova desde el viernes. Rajoy explicó que cumplirá su mandato de presidente del PP hasta el día en que se elija a la persona que le vaya a sustituir. «Lo haré con prudencia y con el grado de intervención que es debido », subrayó. Y fue ahí donde dio una clave: «No plantearé ningún cambio ni en el partido, ni en los grupos parlamentarios, ni en ningún otro lugar, porque creo que eso le corresponde a quien me suceda en la presidencia, si quiere».
Su decisión de no promover ningún cambio perjudica a Soraya Sáenz de Santamaría, que queda como diputada rasa en el Congreso . Sus competidores potenciales pueden optar al liderazgo del PP desde plataformas mucho más relevantes: Feijóo es presidente de la Xunta de Galicia, Cospedal es secretaria general del PP y Pastor, presidenta del Congreso. Rajoy evita dar ventaja a Santamaría, y también señalar a nadie de forma directa. La vicepresidenta, en las redes sociales, ya ha actualizado su perfil: «Diputada del PP por Madrid», se limita a apuntar. En su foto, una imagen en el Congreso, y no en La Moncloa. Sin más.
Rajoy, que siempre buscó el equilibrio entre Sáenz de Santamaría y Cospedal, una en el Gobierno y otra en el partido, cuidó las formas hasta el final, cuando agradeció de forma singular el trabajo «a la única vicepresidenta» que ha tenido, «y a todo el Comité Ejecutivo Nacional encabezado por la secretaria general».
Uno de los candidatos mejor situados, Feijóo, evitó hablar de esa sucesión: «No es el día». Pero sí se volcó en elogiar a Rajoy y su «grandeza humana y política». « Para mí hay dos presidentes, Suárez y Rajoy », aseguró al tomar la palabra en el Comité Ejecutivo. Subrayó que el líder del PP se va «invicto», porque no lo han derrotado las urnas, sino una moción de censura. Todos los dirigentes territoriales del partido, así como la vicepresidenta y la secretaria general, quisieron intervenir para dar las gracias al expresidente del Gobierno, en una reunión en la que no faltaron las lágrimas. Rajoy, que ha evitado la imagen del «dedazo», intentará a toda costa que su relevo acabe en una guerra interna.
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