Los radicales pinchan en su acoso al Ejército en Barcelona

Solo una veintena protestan contra su presencia en el Salón de la Enseñanza

Mossos escoltando a las Fuerzas Armadas en el Salón de la Enseñanza Pep Dalmau

Àlex Gubern y Eila R. Filgueiras

Dentro de la Cataluña «procesista», hay rituales que se consolidan como una tradición. Uno de ellos es la habitual protesta contra la presencia de las Fuerzas Armadas en los distintos salones de la enseñanza que se celebran durante estas fechas, particularmente el de Barcelona. Una protesta alentada por grupos antimilitaristas pero que este año, como informó ABC de manera reciente , ha recibido el aliento de grupos independentistas en el entorno de la CUP.

Ayer, durante la inauguración del salón en Barcelona, la protesta contra el stand de las FF.AA apenas congregó a una veintena de personas, no precisamente estudiantes, que alteraron durante unos pocos minutos la normalidad de una convocatoria en la que la mayoría de los jóvenes que allí acudieron se mantuvieron al margen . La protesta, liderada por la plataforma «Desmilitaricemos la Educación», integrada por varias decenas de colectivos, sindicatos de estudiantes y de docentes, fue acogida con tranquilidad, entre la paciencia y la indiferencia, por los militares que atendían en el puesto de las FF.AA. Como quien asiste a una representación teatral, vieron como dos manifestantes se disfrazaron con uniformes militares y bigotes pintados, actuando en el supuesto papel de soldados que defendían satíricamente la presencia del Ejército en la cita estudiantil. Un doble cordón de agentes de los Mossos d’Esquadra se interpuso entre los autores de la deslucida performance y los militares, que observaron el espectáculo de pie, detrás de los mostradores, con expresión seria y tranquila, sin decir ni una palabra. «Vienen todos los años, su presencia no nos afecta en lo más mínimo. Han estado un rato y el trabajo se ha desempeñado igualmente», explicaba paciente el Capitán Poveda en conversación con ABC durante el evento. «Nos respetan y los respetamos. Al equipo no nos repercute, estamos entrenados para situaciones mucho más serias y trascendentes», aseguró el militar con una sonrisa y los gritos de la protesta de fondo. A pocos metros, el coronel y delegado de Defensa en Cataluña, Luis Castuera, afirmaba que «el Ejército solicita un puesto en el Salón como cualquier otra institución y se le otorga de la misma manera, orgánicamente. Hemos aumentado el espacio de nuestro stand debido al éxito de los años pasados y al gran número de afluencia de jóvenes que se interesan: el año pasado tuvimos más de 7.500 visitantes».

«Reclutamiento»

Por su parte, los manifestantes denunciaron que las políticas del Gobierno nos «abocan a un mundo cada vez más militarizado» y que la presencia del Ejército en el Salón de la Enseñanza contradice distintas iniciativas del Parlamento catalán en contra de su presencia en el ámbito educativo. «Las armas no educan, las armas matan», «No es formación, es reclutamiento» o «Fuera el ejército del salón» eran algunos de los lemas de las pancartas que enarbolaban. Otros gritaban:«Que la educación sea nuestro mejor arma»; «En este salón hay un estand manchado de sangre». La acción duró poco y las quejas de los jóvenes interesados en la oferta de estudios que ofrecen las Fuerzas Armadas acabó por deslucir una protesta que se disolvió sin más. Algunos de ellos despidieron a los manifestantes al grito de «Viva España» .

En pleno periodo preelectoral, no hubo ni tiempo para aludir a la polémica por la presencia de exmandos de las FF.AAen algunas candidaturas en las próximas elecciones del 28-A, particularmente en las de Vox , un asunto que ha vuelto a poner de actualidad el debate sobre la presencia de los militares en la vida política en España.

Oferta educativa

El manifiesto del colectivo «Desmilitaricemos la Educación» pasó necesariamente por alto por la amplia oferta educativa que ofrecen las FF.AA, una variedad de grados que van de la Ingeniería a la Medicina o incluso los estudios musicales. Las notas de corte para el acceso son altas, porque se requiere cierto nivel, y a diferencia de los estudios convencionales, son gratuitos. Al terminar los estudios el alumno consigue una titulación civil en el grado elegido, y también una militar. «Son dos carreras en una, doble formación. Somos una opción educativa, por eso este Salón también es nuestro lugar», comenta ayer Poveda a ABC. La alumna Blanca Ramos –alférez cadete– lleva cuatro años en la carrera militar en Ingeniería Industrial y ayer se encargaba de dar respuesta a las inquietudes de los estudiantes que se acercaban, incluidas las relativas al supuesto machismo en las Fuerzas Armadas. «Seas hombre o mujer te tratan igual, sin distinción ninguna» , señalaba a este diario.

El consejero de Educación catalán, Josep Bargalló (ERC), también se pasó por el salón para asegurar que la presencia del Ejército era «non grata»: «Si fuera por nosotros, las FF.AA no tendrían stand» . Lo de cada año. Sin novedad en el frente.

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