Vox se queda solo en su pretensión de ilegalizar a los independentistas
La izquierda y el nacionalismo acusan al partido de Abascal de «fascista», mientras el PP y Ciudadanos sitúan su propuesta fuera de la Constitución
Ni un solo aliado ha encontrado esta tarde Vox en su propuesta de modificar la Ley de Partidos para ilegalizar a las formaciones independentistas. Con un abanico de matices muy opuestos, uno a uno, los portavoces que han intervenido en la fijación de posiciones han rechazado respaldar la iniciativa defendida por Iván Espinosa de los Monteros. Solo el PP y Ciudadanos (Cs) han accedido a abstenerse, aunque solo por su animadversión al nacionalismo.
El portavoz de Vox, en la defensa de la proposición de ley, cuya toma en consideración ha tumbado el Congreso, ha asegurado que era una iniciativa en pro del «pluralismo» y con el objetivo de «preservar el espacio de libertad que es la Constitución». Ha garantizado que su intención no es «prohibir ideas», pero este extremo lo han puesto en duda todos y cada uno de los partidos que le han sucedido en el uso de la palabra.
Según el diputado de Vox, los partidos que defienden la Constitución tienen la obligación de «defender la democracia de una de sus principales amenazas: el nacionalismo». «No hacer todo lo posible para ilegalizarlos sería traicionar nuestro juramento [a la Carta Magna]. Únanse a nosotros y hagámoslo todos juntos, por nuestros padres y nuestros abuelos», ha apelado Espinosa de los Monteros a las bancadas de PP y de Cs, concluyendo con un «¡viva España!» que ha sido coreado con fervor por sus correligionarios.
Sin embargo, Vox no ha encontrado respaldo ni en el PP ni en Cs, que ha argumentado que gran parte de la iniciativa de Vox se sitúa «fuera de la legalidad». Más vehemente ha sido el portavoz popular, José Antonio Bermúdez de Castro, que aunque ha reprochado «el cruce de insultos» que le han precedido, también ha sido claro: «Ilegalizar a los independentistas por el mero hecho de serlo va contra la Constitución».
Pluralismo político
El diputado del PP, que fue ponente en la Ley de Partidos aprobada en el 2002 -gracias a la que sí se pudo ilegalizar a Batasuna por ejercer de «brazo político» de ETA-, ha recordado que el espíritu de la legislación española es permitir el pluralismo ideológico y que, además, la democracia española no es «militante». Alguien puede ser contrario a la Constitución, pero, ha subrayado con alusión al independentismo catalán, debe respetar los cauces legales establecidos para modificarla. «Lo que es España lo decidiremos todos los españoles».
La portavoz popular en el Congreso, Cuca Gamarra, ha anunciado además vía Twitter que propondrán un cambio en la Ley de Financiación de Partidos para que se retiren las subvenciones a aquellas formaciones con condenados en su seno por sedición o rebelión.
Desde Cs, el diputado Guillermo Díaz ha señalado que su compañero Edmundo Bal, como abogado del Estado, fue uno de los promotores de la ilegalización de Batasuna. Sin embargo, aunque ha admitido que comparte el combate del nacionalismo, ha criticado a Vox por pretender «prohibir ideas» y ha apostado por derrotar al independentismo en las urnas. Por su parte, ha recordado las propuestas de Cs de modificar la ley electoral para evitar una sobrerrepresentación del nacionalismo en el Congreso o de cortar la financiación a las asociaciones que promuevan la violencia, como Arran -juventud de la CUP-.
«Añoran la dictadura»
El resto de intervenciones, desde el PSOE hasta Más País, pasando por ERC, PNV o EH Bildu, han supuesto una sucesión de descalificativos a la intención de Vox de prohibir la representación de los votantes independentistas. «Son reaccionarios que añoran la dictadura de Franco», ha remarcado el socialista José Zaragoza, que, como muchos grupos minoritarios que le han precedido, ha echado en cara a Espinosa de los Monteros las palabras de Santiago Abascal de la semana pasada, en las que calificó al Gobierno como «el peor de los últimos ochenta años», incluidos los ejecutivos de la dictadura franquista.
Pilar Garrido, de Podemos, ha tachado la propuesta de Vox de «retrógrada y fascista», mientras que Gabriel Rufián ha aprovechado la ocasión para meter el miedo en el cuerpo a la izquierda si decide pactar los Presupuestos con Cs. «Si no los combatimos, esta chapuza se puede convertir en unos años en un real decreto», ha aventurado.
«A ustedes lo único que les importa es la unidad del Estado español. Si hay democracia, les da igual. Ustedes son los que pretenden cargarse el modelo de Estado que hay», ha espetado Aitor Esteban a la bancada de Vox, mientras en el Grupo Plural han señalado con sorna que realmente lo que pretende Vox es que se prohíba la participación de todos sus rivales políticos. «Hagan una circunscripción única que sea el barrio de Salamanca y a ver si así pueden gobernar ustedes», ha apuntado irónicamente Íñigo Errejón.
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