Puentes rotos entre Gobierno y PP
La distancia entre Pedro Sánchez y Pablo Casado cada vez es más grande. Las vacaciones de verano y la crudeza de la crisis desatada por la pandemia no han servido para acercar posiciones y, tras el parón estival, Gobierno y Partido Popular están más lejos que nunca. El Senado fue ayer el escenario del agrio enfrentamiento que mantienen, sobre todo después del episodio vivido en torno a la renovación del CGPJ. Sánchez reaccionó con virulencia y chantajeó a Pablo Casado advirtiéndole de que sin Presupuestos los fondos europeos para la reconstrucción pueden peligrar. Javier Maroto, del PP, le reprochó su baja «catadura moral» por filtrar mensajes privados.

Chantaje a Casado: si no hay presupuestos no hay fondos europeos
El presidente del Gobierno incumplió su palabra de comparecer en el Senado antes del verano para explicar la gestión de la pandemia y la situación política. Pedro Sánchez evitó entonces un debate que, en plena crisis del coronavirus, le situaba en la diana del ataque ... de la oposición. El presidente esperó el momento oportuno y lo encontró ayer, cuando necesita recabar apoyos para aprobar sus presupuestos y elevar la presión a Pablo Casado para que pacte con él la renovación del Consejo General del Poder Judicial, el Tribunal Constitucional, RTVE y el Defensor del Pueblo.
Sánchez utilizó el recurso de una comparecencia a petición propia y decidió abrir el curso político parlamentario ante el Pleno de la Cámara Alta. La excusa era presentar las líneas generales de su Gobierno, pero la realidad es que el presidente del Ejecutivo utilizó su intervención para chantajear al Partido Popular. A Casado le llegó a decir que el apoyo a los presupuestos es necesario para «canalizar y absorber» los fondos europeos, los más de 140.000 millones -70.000 en transferencias y otros 70.000 en préstamos- que la Unión Europea tiene previsto entregar a España.
Un chantaje que quedó claro en la intervención del presidente del Gobierno, al advertir de que no se pueden desvincular las ayudas de esta herramienta, ya que sería una «gran irresponsabilidad». Así, afirmó que «no se puede abordar sin unos presupuestos con carácter inmediato», ya que «son el tronco» para poder ejecutar estos fondos comunitarios.
A este chantaje se unió la presión a los populares para que apoyen los presupuestos porque, a su juicio, «cuanta mayor sea la base parlamentaria y social, más poderosa será la recuperación económica. Necesitamos a todos, no sobra nadie» y llegó a señalar que hay que romper el «bloqueo» porque «no es al Gobierno, sino a nuestro país. Y es inaceptable».
Esta presión también se extendió a la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), el Tribunal Constitucional, RTVE y el Defensor del Pueblo. Sánchez le recriminó a Casado, aunque sin nombrarlo, que no cumpla con la Constitución y afirmó que «no se puede ser constitucionalista a tiempo parcial, de quita y pon, a beneficio de inventario».
Finalmente, reclamó «unidad, unidad y unidad», pero ya en la réplica, arremetió con extraordinaria dureza contra el portavoz popular Javier Maroto.
El PP acusa a Sánchez de amoral por filtrar el whatsapp privado
Los puentes entre el Gobierno y el principal partido de la oposición están rotos. Y según el PP, el presidente Sánchez ha ejercido de artillero mayor dinamitando la última reserva de confianza de Pablo Casado al filtrar a la prensa el contenido de una conversación por whatsapp sobre la negociación para la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). El portavoz popular en el Senado, Javier Maroto, recriminó ayer a Sánchez su baja «catadura moral» por desvelar una conversación privada con su interlocutor político. «Es para morirse de vergüenza, pero para eso primero hay que tenerla», aseveró insistiendo en el rechazo de Génova a sustituir los miembros del órgano de gobierno de los jueces, si se mete a Podemos en la mesa de reparto.
Si alguien confiaba en que la crudeza de la crisis desatada por la pandemia, que ahora resurge, provocaría un cambio en los usos parlamentarios, la realidad es que la lucha política en las Cortes es descarnada. En el primer duelo parlamentario tras el parón del verano, el portavoz popular dejó claro que no participarán de la negociación de los Presupuestos Generales y acusó de «indigno» a Sánchez por cortejar al independentismo catalán con «una mesa de ruptura» donde ERC y JpC quieren negociar la autodeterminación y la amnistía a los políticos presos y fugados.
La dureza del debate con el PP fue máxima. Sánchez invitó al diálogo y a la «unidad» con una mano, y atizó al PP con la otra. Acusó al primer partido de la oposición de desleal por no abrirse al acuerdo: «Ustedes hacen oposición a la Constitución». El senador popular le advirtió de que no serán «una muleta» para que el presidente siga en Moncloa. «Pide un cheque en blanco para unos Presupuestos de los que no se conoce nada, ni siquiera si los apoyan las dos partes del Gobierno», añadió sobre las tensiones dentro del Consejo de Ministros al elegir a sus parejas de baile presupuestario. «Lo único que tiene preparado en su guion de Presupuestos son insultos al PP», añadió en la réplica.
Maroto echó en cara al presidente que tomara vacaciones en pleno estallido de la segunda oleada de contagios por el coronavirus y le acusó de «ocupar el poder exhibiéndose». Criticó su comparecencia «hueca» de ayer, sin anuncios pese a las tres horas de tribuna. «Lo único que le mueve es seguir siendo presidente como sea. Se sujeta en el poder con quienes atacan la Constitución y al Rey».
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