Curri Valenzuela
PSOE-PP a la chita callando
El Gobierno lo tenía todo preparado para aprobar el pasado día 13 de este mes el decreto ley que estipula las condiciones para la negociación entre los bancos y sus hipotecados con cláusulas suelo. Pero la decisión del Consejo de Ministros se aplazó hasta el viernes siguiente por una razón de peso en las actuales circunstancias políticas: el decreto era fruto de un pacto alcanzado con el PSOE para que el principal partido de la oposición se abstenga cuando tenga que ser convalidado en las Cortes y no resultaba conveniente que el Ejecutivo lo anunciara en vísperas del Comité Federal que los socialistas iban a celebrar el sábado 14.
La postura oficial del Gobierno respecto a la lucha por el liderazgo del PSOE es, como dejó claro Mariano Rajoy en su intervención en el Foro ABC del pasado martes, de exquisita neutralidad. La realidad es otra: el plan del presidente para una larga legislatura basada en la negociación y el consenso se iría al garete si Pedro Sánchez regresara a la secretaría general y también estaría en peligro con ese Patxi López que ha resucitado el «no es no». Susana Díaz le viene mejor; habla con ella con frecuencia y parece que se entienden. El presidente de la gestora, Javier Fernández , es su favorito y no lo puede disimular «aunque no sé si le hago un favor», como ha confesado el presidente.
Desde que Sánchez abandonó la dirección socialista, los canales de comunicación del Gobierno con el PSOE han estado abiertos constantemente y gracias a ellos se han logrado los principales acuerdos alcanzados hasta la fecha en esta legislatura. Pero los contactos se llevan con la máxima discreción: Rajoy habla con Fernández y con Díaz personalmente, pero nada trasciende de sus conversaciones. El Ejecutivo es consciente de que para la militancia socialista resulta duro asumir ese acercamiento al PP y, por lo tanto, airearlo puede perjudicar a los posibles secretarios generales más abiertos al consenso.
En estas circunstancias, el Gobierno da por hecho que le resultará imposible conseguir que el PSOE colabore para aprobar los Presupuestos Generales del Estado hasta después de que celebre su congreso previsto para el mes de junio. De ahí que Rajoy reconozca públicamente que puede que el voto de los socialistas no le sea necesario gracias a un posible acuerdo con otros grupos, que se entiende que son PNV y Coalición Canaria. Aunque también podría esperar. Los Presupuestos están prorrogados. Los nuevos no corren prisa. Lo primordial es aguardar a que el PSOE se aclare.