El PSOE consideró en 2016 que un magistrado del Supremo no garantizaba la independencia requerida para la Fiscalía
Sorprende que el Gobierno de Pedro Sánchez proponga para el puesto de fiscal general a la ministra de Justicia saliente, Dolores Delgado, cuando se oponía a un nombre de la talla de José Manuel Maza para el mismo cargo
La oposición ha cargado hoy contra el nuevo Gobierno de coalición PSOE-Unidas Podemos por la decisión de proponer a la ministra de Justicia saliente, Dolores Delgado, como fiscal general del Estado . Este nombramiento también resulta llamativo cuando se recuerda que en 2016 los socialistas se opusieron a que un magistrado del Tribunal Supremo, José Manuel Maza , fuera designado para el mismo cargo porque no garantizaba «en absoluto el perfil independiente que requiere la figura de fiscal general».
Tras el nombramiento de Juan Carlos Campo como nuevo ministro de Justicia, se esperaba una sorpresa con respecto a quién se situaría al frente de la Fiscalía General del Estado —una propuesta que corresponde al Ejecutivo–, pero el nombre de Delgado nunca había estado en ninguna quiniela. Era difícil de prever que el partido mayoritario en el Gobierno, el PSOE, pusiera al frente del Ministerio Público a un comisario político cuando consideraba que el nombramiento de un magistrado del Supremo de la talla del fallecido José Manuel Maza no iba a garantizar la independencia de la Fiscalía.
En un comunicado que todavía puede leerse en su página web, el PSOE calificó el nombramiento de Maza como «un mal comienzo de legislatura» porque «su trayectoria como magistrado no garantiza en absoluto el perfil independiente que requiere la figura de fiscal general» . «La trayectoria conservadora de Maza puede dejar en una posición de subordinación al Ministerio Fiscal frente al Gobierno y no parece la persona indicada para trabajar en favor del consenso requerido en una legislatura sin mayorías absolutas», insistían.
Tampoco se podía esperar el nombramiento de Delgado teniendo en cuenta la hemeroteca del otro de los partidos del gobierno de coalición, Podemos . Hace poco más de un año, Pablo Iglesias seguró que «hay que alejar de la vida política a cualquiera que mantenga amistad con los representantes de las cloacas (...)». «Todo lo que representa el mundo Villarejo es suciedad y basura y cualquier político que se mezcle con eso debería alejarse de una función pública, que debe ser noble», insistió.
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