El PSOE usa el alza de Vox para movilizar el voto de su electorado

Los socialistas hablan ya de la posibilidad de ser primera fuerza ante la tendencia «pésima» del PP

Última hora de las elecciones en Castilla y Léon: resultados y ganador en directo

Visita de Pedro Sánchez a Soria a cuatro días de las elecciones EP / Vídeo: Sanchez ve al PSOE como única alternativa a un gobierno del PP y Vox - EUROPA PRESS

Victor Ruiz de Almirón y Mariano Alonso

Señales de alarma en Génova y ánimo desbordante en Ferraz. Más allá de algún destacado alcalde de la región, muy pocos en las filas socialistas soñaban con un final de campaña en Castilla y León como este. El que siempre ha sido uno de los feudos más sólidos del PP, pese a la victoria insuficiente del PSOE hace dos años, aparece ahora como un regalo inesperado en la estrategia de Pedro Sánchez para esta segunda parte de la legislatura.

En la cúpula de La Moncloa y el Gobierno recetan a estas horas «siempre prudencia hasta el final». Algunas de las figuras más destacadas recelan de las predicciones porque saben que la movilización final y la incertidumbre de las plataformas provinciales pueden terminar por condicionar muchos escaños para ellos o para el PP. Pero sí trasladan que sus datos apuntan a que «la tendencia es buena para nosotros y pésima para el PP» . En Ferraz hay menos reparos en dar rienda suelta al optimismo. Incluso se describe ya como el escenario más probable el de «ser primera fuerza». Desde Castilla y León se traslada lo mismo. La posibilidad de gobernar sí se antoja un escenario prácticamente imposible que nadie quiere mencionar, más allá de las arengas públicas propias de campaña.

Con la excepción de Cataluña, donde el PSC ganó las elecciones autonómicas en 2021, si bien no pudo evitar otro gobierno independentista en la Generalitat, el PSOE no ha tenido precisamente alegrías cada vez que se han abierto las urnas después de la investidura de Pedro Sánchez en enero de 2020. Ni en el País Vasco y Galicia en julio de 2020, donde se vio superado incluso por Bildu y el BNG, ni naturalmente en las autonómicas del 4-M del año pasado en la Comunidad de Madrid, donde los socialistas madrileños no solo fueron derrotados de manera arrolladora por Isabel Díaz Ayuso, sino que incluso Más Madrid les superó y les arrebató el puesto de primer partido de la oposición en la Asamblea autonómica.

Castilla y León no era el mejor lugar para obtener un buen resultado. Y es muy posible que, siguiendo la tónica, también sufran un deterioro en comparación con 2019. Pero en la competición nacional, el PSOE interpreta que un resultado corto del PP que le obligue al entendimiento con Vox será positivo para sus intereses. Ese argumento será utilizado a posteriori si se consuma el primer Gobierno en el que participa Vox. Pero solo su alza en los sondeos en detrimento del PP ha hecho que los socialistas recurran ya a ello en la recta final como palanca para movilizar a los suyos, que en varios sondeos también dan muestras de desafección.

Es un escenario casi soñado por los socialistas a la hora de intentar movilizar a su electorado los últimos días de campaña, volviendo a sacar a pasear el discurso del miedo a Vox, como vienen haciendo los socialistas desde las elecciones generales de 2019, después de la ‘foto de Colón’ que sirvió para que agitasen por primera vez, como ahora vuelven hacer, el espantajo de la «ultraderecha» o, en aquella ocasión, de las «tres derechas». El propio Luis Tudanca, en el primer mitin que compartió con Pedro Sánchez el pasado 29 de enero en Zamora, aseveró que lo que elegían los votantes era o un gobierno presidido por él mismo o uno «con Vox».

Mensaje reforzado

Pero lo que entonces parecía un reclamo más de campaña con un encaje algo forzado en la realidad, dado que la demoscopia premiaba a Mañueco con unos números en los que acariciaba la mayoría absoluta, ahora es más creíble en boca de los socialistas, que a toque de rebato no dudan los últimos días en centrar ese marco. El pasado lunes, en una entrevista en la Cadena Ser, el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños , ponía voz a esa estrategia: «Cuatro años más de PP son malos, pero cuatro años más de PP y Vox en el Gobierno de Castilla y León, son todavía peores» sentenció el hombre fuerte del Gobierno. Ayer en un acto de campaña en Segovia se refería así a esta posible alianza: «la mezcla del PP y Vox para Castilla y León es absolutamente letal» . Y pedía el voto para el PSOE porque «cualquier otro voto puede acabar en manos de la derecha y la ultraderecha». El número tres del PSOE, Santos Cerdán, instruía también el martes a las suyos vinculando en todo momento a PP y Vox como alternativa a Tudanca.

Ayer, en una de sus limitadas incursiones en la campaña, Pedro Sánchez también hizo referencia a esa disyuntiva entre «un Gobierno del PSOE o un Gobierno de coalición con Vox» . Durante el mitin de Soria esa posibilidad fue un recurso constante en todos los que tomaron la palabra.

Desde el pasado mes de enero, el PP ha perdido hasta cinco puntos en intención de voto, según la evolución de las encuestas de GAD3 para ABC. La inercia de los sondeos es la que sirve para cimentar el optimismo de los socialistas, que obviamente tampoco podrían gobernar solos de tener alguna opción, siendo imprescindible que recabasen el apoyo de Podemos, que mantiene una exigua representación en las Cortes, y de las candidaturas de la llamada España Vaciada, entre las que destaca Soria ¡YA! Que según las encuestas obtendría un gran resultado en su provincia. El presidente ha querido poner el foco en esta provincia donde gobiernan a nivel local para mitigar su irrupción.

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