El presunto asesino de Manuela Chavero, de nuevo ante el juez
El magistrado abrió la puerta en un auto a que el crimen sea un homicidio por omisión en lugar de un asesinato
Eugenio Delgado , en prisión desde hace un año por el crimen de Manuela Chavero , ocurrido en julio de 2016 en Monesterio (Badajoz), se sienta hoy de nuevo ante el juez de Zafra que investiga los hechos. Ha sido trasladado desde la prisión de Badajoz hasta la sede judicial. La fiscal pidió interrogarlo otra vez tras la reconstrucción que se llevó a cabo el pasado mes de mayo con la participación de Delgado. Todo apunta a que se ratificará en lo que ya contó en su día.
El auto dictado el 14 de mayo por el juez, en el que se denegaba su libertad como había pedido la defensa, abrió la puerta a que el crimen sea calificado como un homicidio en comisión por omisión (penado con entre diez y quince años) en lugar de una detención ilegal y un asesinato . Un horizonte penal mucho más favorable para el preso, pero al que aún le queda recorrido. Faltan muchos testigos por declarar, incluida la madre y la hermana del acusado que comparecerán en noviembre.
En el mencionado auto el juez señalaba que no hay aún indicios racionales que permitan imputar «directa y objetivamente el resultado de muerte de Manuela a la acción de Eugenio»: no se aportan testigos presenciales o de referencia, no se aportan grabaciones audiovisuales entre ellos, y ni siquiera podemos contar con el cuerpo de Manuela, cuya autopsia habría arrojado indicios claros y racionales sobre la causa y acción de su muerte . Se refiere el juez a que después de cuatro años solo se hallaron restos esqueletizados y además no se recuperó ni la primera vértebra cervical ni el hueso hioides, cuya fractura hubiera sido indicio de estrangulamiento.
«Manuela sale con vida de su domicilio y es sepultada en la finca del investigado; en algún momento estando con Eugenio pierde la vida. El proceder del investigado intentando deshacerse del cuerpo de Manuela y limpiar manchas de sangre en su domicilio no es propio de una persona que ha sido testigo de la muerte accidental de otra, sino de quien pretende eliminar indicios incriminatorios», dice el juez.
Los dos análisis de los restos óseos constatan fracturas de piezas dentales superiores, hueso nasal derecho y costales -2a a 5ª costillas izquierdas y 9a derecha-, y son compatibles con haberse producido en hueso fresco «y resultado al menos de impactos directos».
El juez deja constancia de que pudo provocarle la muerte por asfixia y agredirla provocándole las fracturas óseas y dentales evidenciadas. Pudo sangrar por la boca o nariz a consecuencia de los impactos recibidos, lo que explicaría la mancha de sangre de la que habló Delgado durante la reconstrucción y tendida en el suelo de la casa se pudo asfixiar. Eugenio, en lugar de socorrerla, no hizo nada hasta que se deshizo del cuerpo de la mujer enterrándolo en una finca de su propiedad. Bajo esa premisa, como no la auxilió habría cometido un delito de homicidio por omisión. Es una posibilidad y no está cerrada.
Ni la UCO ni la familia de Manuela creen esta versión. Mantienen que la llevó con engaño a su casa para devolverle una cuna, allí intentó agredirla sexualmente y al resistirse la mató. El tiempo transcurrido desde que la enterró complica demostrar cualquiera de las hipótesis.
A finales de julio declararon ante el juez por primera vez desde que apareció el cadáver la hermana, el exmarido y el hijo de Manuela Chavero, entre otros testigos. En la cuna hallada en casa de Delgado se encontraron restos de ADN del hijo de la víctima , pese a que su hermana Emilia asegura que ese mueble jamás perteneció a Manoli. Su ex contó que compraron otra cuna para el apartamento de la playa y luego la llevaron a Monesterio. No estaba seguro de si era la misma que le mostraron pero sí le pareció «semejante».
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