El PP premia a Almeida, su alcalde «revelación» en la pandemia
Casado opta por crear un cargo nuevo para el regidor, cuya entrada en la Ejecutiva era un hecho antes del verano
Hace poco más de un año y medio, José Luis Martínez-Almeida (Madrid, 1975) salía del despacho de Pablo Casado en la calle Génova con una sonrisa; la misma que se le dibujó ayer cuando la Junta Directiva del PP le propuso como portavoz nacional del partido. Aquel 14 de enero de 2019, la noticia sorprendió a todos, incluso a él, que hasta días antes de la cita se daba por descartado en la lista de aspirantes a candidato popular a la alcaldía de Madrid. Nadie contaba con que el sustituto de Esperanza Aguirre tras su abrupta salida del Grupo Municipal Popular fuera el hombre que lograría retirar del palacio de Cibeles y de la política a la «todopoderosa» Manuela Carmena . En estos meses al frente del Ayuntamiento de la capital, el regidor se ha encumbrado como alcalde revelación por su gestión de la pandemia y su tono conciliador, con el que se ha ganado incluso los aplausos de la oposición.
Casado ha optado por crear un nuevo puesto para Martínez-Almeida. Es un premio al que fue la apuesta personal y más arriesgada del presidente del PP y que tan buenos resultados le ha dado. En Génova le tildan de «valor en alza». E incluso sus adversarios políticos, aunque solo lleva un año en la alcaldía, ya dan por hecho que, si nadie lo evita, revalidará su cargo. Con este fichaje, Casado se asegura tener a su lado a un hombre leal, con la popularidad en aumento y con la versatilidad necesaria para mostrar las garras ante el gobierno de Pedro Sánchez y ser, al mismo tiempo, un referente de moderación. «Almeida está muy agradecido a Pablo, este nombramiento es otra muestra de confianza muy fuerte en un momento crucial », cuentan a ABC fuentes del entorno del alcalde.
Antes del verano, Casado ya buscaba un hueco a Martínez-Almeida en la Ejecutiva Nacional del partido. «Se estaban gestando el cambio de Cayetana y querían que él entrara» , explican las fuentes consultadas, que destacan que el alcalde desde hace meses ya empezó a estar cada vez más presente en las citas importantes del PP. De hecho, fue el primero en arropar al candidato popular Carlos Iturgaiz en las elecciones al País Vasco el pasado julio.
Ascenso fulgurante
El ascenso interno de Martínez-Almeida dentro del PP ha sido fulgurante. En abril de 2017 asumió la portavocía del Grupo Municipal Popular tras la dimisión de Aguirre en una votación en la que se impuso con un voto de diferencia. En aquel año y medio, en el que la opción de ser candidato a la alcaldía era siquiera una quimera, mostró su verbo ágil y afilado y se erigió como la punta de lanza contra el gobierno de Carmena. Su capacidad de negociación con dos polos -Cs y Vox- que, a priori, parecían incompatibles le valió para firmar un pacto de investidura a dos bandas que desbancó a la exjuez de Cibeles y devolvió al PP el bastón de mando, un poder que sus siglas habían ostentado durante casi un cuarto de siglo. Inició su mandato con la izquierda movilizada contra su política medioambiental, pero la pandemia le dio la oportunidad de mostrar la cara hasta ahora más oculta, la del político sensato y juicioso, un perfil que se ha llevado las loas de los ciudadanos.
Junto a la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso , anticipó medidas para controlar la expansión del coronavirus en la región. Y alzó la voz para reprochar al Gobierno de Pedro Sánchez sus incoherencias y su ineficacia a la hora de encarar la crisis del Covid-19. Mientras la crispación se apoderaba de la Comisión para la Reconstrucción en el Congreso de los Diputados, Martínez-Almeida firmó por consenso los Pactos de la Villa , 352 medidas aprobadas por unanimidad. No obstante, este nuevo cargo nacional no implica una renuncia a nivel local. «No piensa aflojar en el ayuntamiento», advierten en su entorno.
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