El PP intensifica su renovación territorial para afianzar el liderazgo de Pablo Casado
Génova llama a la unidad y pide zanjar «los intentos de luchas cainitas» en el partido
Con solo 75 avales puede presentarse un candidato a las primarias provinciales del Partido Popular . La formación que lidera Pablo Casado está inmersa en un proceso de renovación territorial, que ha empezado por las provincias y acabará en las regiones, y que tiene como objetivo poner al día los equipos locales y autonómicos, adaptarlos a los nuevos tiempos del PP y, sobre todo, ayudar a afianzar al proyecto de Pablo Casado en el conjunto de España, para consolidarse como alternativa a Pedro Sánchez .
Génova ha querido abrir el proceso de renovación desde abajo, con los congresos provinciales y por primera vez con el sistema de primarias, que estrenó Pablo Casado en el cónclave nacional del verano de 2018. Este año se han celebrado ya congresos en Alicante, Valencia, Ciudad Real, Albacete, Zaragoza y Huesca . El vigente estado de alarmó frenó el calendario previsto, pero Génova quiere volver a ponerlo en marcha a partir de enero, para tener renovadas todas las provincias antes del mes de julio. Será a finales de ese año y a lo largo de 2022 cuando la renovación dé el salto a las regiones.
En un partido en el que su líder fue elegido por el sistema de primarias, en contra de todas las quinielas internas y externas, no se va a poner ninguna zancadilla a la participación abierta de los afiliados. «Ellos tienen en sus manos la elección de sus presidentes locales», insisten en Génova. El protagonismo es de las bases, y las condiciones para participar no pueden ser más sencillas, con un número muy reducido de avales.
Hasta ahora, en las provincias donde se ha celebrado congreso, ha habido solo una lista de consenso y se han evitado las guerras internas. Solo en Albacete hubo un amago de dos candidaturas, pero la alternativa tuvo que retirarse al no alcanzar los 75 avales.
Desde Génova se está coordinando todo el proceso, y se han lanzado varias instrucciones, sin interferir en los procesos internos. Por un lado, se ha pedido a todas las provincias que eviten las guerras internas. Es decir, no hay ninguna objeción a que haya más de una lista, pero sí se pide desde la sede nacional que compitan con «cordialidad», sin tensiones, ataques personales ni juego sucio, y que se evite dar la imagen de un partido dividido. La unidad del partido es un bien muy preciado para los populares, casi su joya de la corona, más aún cuando la sombra de Vox sigue siendo alargada y quieren impedir a toda costa que se produzcan fugas por peleas entre familias del partido.
Precisamente, la segunda «instrucción» que se ha enviado desde Génova a las estructuras locales del partido es que se cuente siempre con las gentes de los pueblos, los alcaldes, los portavoces, los concejales, «que no se deje a nadie atrás», y que no haya ni una persona que pueda quejarse por sentirse discriminada o apartada de la vida interna del partido. Es otra manera de buscar una cohesión interna que corte en seco cualquier salto a otros partidos, como Vox. Desde Génova se insiste en un mensaje de integración que consiste en «contar con todos», con los nuevos, y con los que tienen experiencia.
Fuentes territoriales del PP aseguran que en los pueblos les están reclamando sobre todo que se evite la división del partido , un fantasma que planea por los municipios. «Ahora que hay primarias, se reclama entendimiento para estar todos juntos y poder ganar».
En el PP no ocultan que el objetivo final de esa renovación es «reforzar la figura de Pablo Casado», consolidar su proyecto en todo el país y ayudar desde abajo a que Sánchez salga del Gobierno y vuelva a ganar el PP.
El partido, más unido
El partido está ahora mucho más unido que hace un año. Es un hecho que reconocen todos los barones, más o menos críticos. Y en esa unidad ha tenido un peso especial el discurso de Casado en la moción de censura de Vox. Su mensaje centrista y moderado y su ruptura con Santiago Abascal marcó el espacio político del PP y selló una tregua con los barones que reclamaban ese giro desde hacía tiempo.
Por ahora, esa paz interna favorece las candidaturas de consenso en los congresos provinciales. Pero a nadie se le escapa dentro del PP que lo más duro, o lo más tenso, llegará con los congresos regionales, a partir de finales del año que viene, sobre todo en algunas comunidades donde no se gobierna, con las excepciones de Castilla-La Mancha , que ya se renovó en 2018 con Paco Núñez como presidente, y en Cataluña, donde el liderazgo de Alejandro Fernández está consolidado.
Desde Génova, la vicesecretaria de Organización, Ana Beltrán , ha dirigido una advertencia ante las tentaciones que pueden surgir en algunas regiones por promover guerras internas, por parte de algunos sectores del partido: «Cualquier interés dirigido a desestabilizar, por crear guerras internas donde no las hay, hace un daño innecesario al partido y debe zanjarse porque nos desvía la atención de lo necesario, que es consolidar el proyecto de Casado y echar a Sánchez del Gobierno».
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