El PP debatió en 2008 la necesidad de un gobierno de coalición
ABC muestra las enmiendas registradas la mañana del lunes 26 de mayo de 2008 en la sede de Génova y entregadas en mano a Mariano Rajoy para emprender un cambio de rumbo
Cuando nadie en el 2008 creía que la situación política podría desembocar en la parálisis que nos tiene sin Gobierno, un grupo de compromisarios del Partido Popular, con gran visión de futuro, propusieron lo que ahora es el ideario de la «nueva política» : una reforma en la Constitución y en las instituciones –Parlamento, Justicia, Administración del Estado y sistema educativo–.
Estaban liderados por Alejo Vidal-Quadras , entonces vicepresidente del Parlamento Europeo, junto a los diputados Eugenio Nasarre y Santiago Abascal, además del alcalde de Calvià, Carlos Delgado; el concejal de Durango, Vicente de la Quintana y el autor intelectual de las enmiendas, el senador por Cuenca, Luis Fraga.
Elaboradas durante 15 exhaustivos días, la tesis fundamental consistía en la necesidad de «una reforma constitucional parcial como el simultáneo fortalecimiento de nuestro armazón institucional». Los firmantes, adelantándose a su tiempo, aseguraban que «sólo podrá llevarse a cabo mediante coaliciones de gobierno».
«¡Y todavía nos quedaban 3 años y pico de ZP!»
Eran tiempos difíciles para el Partido Popular, en crisis tras perder Mariano Rajoy por segunda vez consecutiva las elecciones contra José Luis Rodríguez Zapatero. «¡Y todavía nos quedaban 3 años y pico de ZP !», exclama Vidal-Quadras.
El XVI Congreso del PP en Valencia lo afrontaba el líder de la oposición en la más absoluta soledad, y como narra en su libro de memorias «En confianza»: «Consulté, pregunté a unos y otros».
Uno de ellos fue el sobrino del presidente fundador del PP, la mañana del 26 de mayo de 2008, tras registrar las enmiendas en la sede de Génova, subió a la séptima planta para darle una copia a Rajoy en su despacho. Durante una hora Fraga le explicó que el Congreso era una oportunidad para dar un giro a la estrategia política de la formación para «fortalecer el proyecto nacional de España».
«¡Va a negociar Trillo cuando yo soy el ponente oficial!»
Los redactores oficiales de la ponencia eran José Manuel Soria –que ha tenido que renunciar como ministro de Industria en funciones tras aparecer en los papeles de Pánama y por una «sucesión de errores»– y Alicia Sánchez-Camacho , secretaria primera del Congreso. «Rajoy al ver la trascendencia del texto, designó como negociador extraoficial a Federico Trillo para atemperar la profundidad y la ambición de las enmiendas. Aunque comprendía que la situación era la descrita, pensaba que éramos unos catastrofistas», recalca Vidal-Quadras.
Durante la negociación, algunas de las ideas fundamentales fueron rechazadas . Entre ellas, «reforzar la independencia del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Constitucional», «la realización de políticas que permitan atender a las necesidades de los ciudadanos en situación de vulnerabilidad», y que la «reforma parcial de la Constitución sea pactada, como mínimo, por las dos grandes fuerzas políticas, el Partido Socialista y el Partido Popular».
« Soria estaba picado y le hizo una rebaja brutal al texto, para enmendarle la plana a Federico. No era tanto por el contenido ni el fondo, porque él es un tecnócrata, sino por decir: “¡Va a negociar Trillo cuando yo soy el ponente oficial!”», cuenta el ex eurodiputado.
«¿Hay un candidato alternativo a Mariano?»
El jueves 19 de junio arrancaba el XVI Congreso, donde se plasmó el desencuentro que acompañaría desde entonces a Rajoy y José Mª Aznar, a pesar del apoyo tácito de Manuel Fraga: «Aquí no hay ruptura de ninguna clase».
«Rajoy va al Congreso en una situación de extrema debilidad. En un Comité Ejecutivo Nacional previo pregunté: “¿Hay un candidato alternativo a Mariano? España está en una situación malísima, nos viene encima una crisis financiera galopante, con un proceso de descomposición territorial tras la aprobación del Estatuto de Cataluña… Si nadie se va a presentar, ¿vamos a liquidar al que tenemos y quedarnos en el vacío? ”», recuerda aquellos días Vidal-Quadras.
Ese fue el mensaje que se aplicaron todos. Incluido Aznar, que aprovechó para soltar una reprimenda feroz a su sucesor, aunque terminará dándole su «respaldo responsable» . La premisa que triunfó en el Congreso de Valencia fue que tanto el Partido Popular, como Mariano Rajoy, «requiere la ayuda de todos».
Por ello, en un ejercicio de responsabilidad, los firmantes aceptaron las enmiendas corregidas . Excepto Fraga, todavía hoy militante del PP, que a la hora de la votación se quedó en su habitación en el hotel. «Reconozco que Fraga tenía razón, pero las decisiones se toman viendo cuál es el contexto», asume Vidal-Quadras.
Una gran coalición como en Alemania
En el Congreso de Valencia se perdió la primera gran ocasión para dar un giro decisivo. Las enmiendas quedaron en papel mojado . Aunque todavía estamos a tiempo, con «bisturí en mano, sin vacilaciones ni complejos», como escribe Quadras en «Ahora, cambio de rumbo», de hacer frente al modelo económico, territorial, institucional y de sociedad para «recomponer España».
«El principal objetivo de una gran coalición no es repartirse carteras ministeriales, sino hacer las reformas constitucionales e institucionales que le hacen falta a España. El ejemplo lo tenemos en Alemania, en la “Grosse Koalition” de 2005. No tuvieron ningún miedo a reformar su Constitución y los resultados fueron un éxito. Pero sólo lo pudieron lograr con una amplia coalición de gobierno. Sorprende, y mucho, que hasta ahora pocos hayan tenido la voluntad real de llevar a cabo esas reformas», concluye en la actualidad Fraga.
[ Información ampliada en el blog de Marisa Gallero ]
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