El PP confía en un goteo de renuncias en Valencia que acalle a los críticos

Algunos dirigentes sienten «bochorno» y piden reflexionar si «se aporta o no» al partido

Mariano Rajoy, en la Convención Nacional del PP sobre Empleo JAIME GARCÍA

SARA MEDIALDEA

Los últimos movimientos judiciales relacionados con presuntos casos de corrupción vinculada a miembros destacados del PP de Valencia, y el papel de Rita Barberá -que aceptó la invitación del juez de declarar para aclarar algunos hechos- desataron cierto movimiento de protesta en las habitualmente disciplinadas filas del PP, de las que surgieron voces pidiendo «más explicaciones». La cúpula del partido espera acallarlas por la vía de los hechos : primero, con el expediente que ayer por la mañana abrió a Barberá y los demás militantes investigados, y a partir de ahora con el «goteo» de renuncias de cargos valencianos que esperan que se produzcan.

Si el martes fue el momento de levantar la voz, ayer tocó cerrar filas. «Unidad» fue la palabra más repetida en público, aunque algunos de los que más han clamado públicamente contra la corrupción, como los vicesecretarios Javier Maroto o Pablo Casado , insistieran en mantener sus palabras de días atrás «una por una». El expediente abierto a Barberá le gustó a Maroto : «Me alegra muchísimo; es una decisión que las bases entienden».

A él se unieron otras voces, como las de la presidenta regional madrileña, Cristina Cifuentes -«el PP ha hecho lo que tenía que hacer»-, el ministro de Sanidad Alfonso Alonso -«en el PP se trata a todo el mundo por igual»-, o el de Interior, Jorge Fernández Díaz, quien dijo que comparte la decisión de abrir el expediente informativo.

La dirección del partido asegura que dicho expediente -cuyo instructor es Francisco Molinero , diputado por Albacete e integrante del Comité Nacional de Derechos y Garantías- ya estaba decidido «a las 9 de la mañana del martes», varias horas antes de que Barberá anunciara en rueda de prensa que acudiría voluntariamente ante el juez e insistiera en su inocencia.

No obstante, no se le comunicó a ella hasta que estuvo todo «hablado con el PP de Valencia, y se les convenció de que era lo mejor». Fue entonces, al filo de las siete de la tarde, cuando Barberá -que asistía al primer pleno de la Legislatura en el Senado- recibió la noticia de que iba a ser expedientada.

Miedo a un «enroque»

A pesar de la llamada oficial a la unidad y a dar cerrojazo a cualquier desavenencia sobre el tema, el runrún continuaba ayer entre los populares, y era el tema principal en los descansos de la Convención Nacional sobre Empleo que organizó el partido en Madrid. Son muchos los que temen en el PP que los investigados en Valencia se enroquen y no quieran marcharse, lo que no haría más que incrementar el «bochornoso espectáculo que estamos dando», indicaba un dirigente.

Bochorno fue también la palabra que utilizó un diputado para referirse a lo que sintió al escuchar las grabaciones en las que presuntamente una de las investigadas explicaba a su hijo cómo se producía el «lavado» de billetes de 500 euros.

Hacer daño al partido

Pablo Casado se ratificaba ayer en lo dicho hace tres semanas: que «nadie está por encima del partido. Invitaba a todos a hacer la reflexión de «ver cuándo aporta y cuando no a la organización». También apelaba a la reflexión «profunda» la portavoz del PP vasco, Laura Garrido , que además concretaba que, en el caso de la exalcaldesa de Valencia Rita Barberá, «está haciendo mucho daño al partido». Y al propio Rajoy, en una tesis que defienden muchos dirigentes, convencidos de que una actitud «blanda» con la exalcaldesa debilita a Rajoy y le resta posibilidades de liderar una regeneración en el partido.

En la cúpula popular pedían paciencia, seguros de que las aguas volverán a su cauce en Valencia tras la apertura del expediente a los investigados por presunto blanqueo: «Esto es una manera de que todo se reconduzca», aseguraban.

En la dirección creen que «nadie se va a enrocar» y «poco a poco se irán retirando»

Están convencidos de que «nadie se va a enrocar» y que «poco a poco se irán retirando», como ya ha hecho alguna de las investigadas: es el caso de la exconcejal del PP del Ayuntamiento de Valencia Irene Beneyto, que ayer mismo acudió a la sede valenciana del PP para darse de baja.

La pelota se encuentra ahora en el tejado del partido en Valencia, donde deben conseguir la colaboración de los investigados. Que el martes no parecían muy dispuestos a dar ningún paso atrás, dado que afirmaron públicamente que no había pruebas contra ellos en el sumario judicial. De su actitud en próximos días dependerá, en parte, el desarollo y evolución del expediente informativo que ahora instruye el Comité de Garantías popular.

La corrupción ha golpeado muy duramente al PP en este periodo de tránsito hacia la formación de un gobierno, en el que los casos de presunto blanqueo de dinero en Valencia han aflorado por decenas. En la actualidad, todo el grupo municipal de la Ciudad del Turia menos un edil están siendo investigados, dentro de la operación Taula.

Suspensión de militancia

La dirección del PP sabe que la respuesta a este tipo de problemas por parte del partido ha sido uno de los puntos débiles de la organización, y de los más criticados por los ciudadanos. Por eso, cuando se produjeron las detenciones de dirigentes populares valencianos dentro de la Operación Taula, el 26 de enero, no se dudó en suspender de militancia a todos aquellos miembros del partido que fueron detenidos en el transcurso del operativo judicial. Saben que ahora muchos ojos están pendientes de ellos .

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