El PP balear se debilita por su flanco no regionalista

El antiguo dirigente Carlos Delgado se da de baja del partido, mientras otros militantes históricos meditan también su posible marcha

Carlos Delgado saluda a María Dolores de Cospedal, en una fotografía tomada en 2008 EFE
Josep María Aguiló

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Uno de los dirigentes históricos del PP Balear, Carlos Delgado (Palma, 1965), se dio de baja del partido la pasada semana, presumiblemente por la orientación netamente regionalista de la actual dirección isleña, que desde hace ocho meses preside Gabriel Company . Delgado se encuadraría dentro del sector denominado españolista, que si bien nunca ha sido mayoritario en el seno de los populares isleños, siempre había tenido, al menos hasta ahora, un peso innegable en la mayoría de órganos directivos.

El hoy ya exmilitante del PP llevaba, en cualquier caso, un cierto tiempo apartado de la primera línea política, aunque en el congreso regional celebrado en marzo de este año aún apoyó públicamente la candidatura de José Ramón Bauzá frente a la de Company. Este último fue quien finalmente se impuso en el citado cónclave, al conseguir casi el 72% de los votos de los afiliados. Bauzá, por su parte, logró el 27% de los sufragios de la militancia.

El objetivo principal del partido es ahora volver a gobernar en Baleares en 2019, para relevar al actual Ejecutivo que preside la socialista Francina Armengol con el apoyo del PSOE, MÉS —por Mallorca y por Menorca— y Podemos. Cabe recordar, en ese contexto, que a lo largo de las tres últimas décadas el PP ha gobernado en la Comunidad en seis de las nueve legislaturas transcurridas. Ese éxito fue debido en gran parte a que el posible votante del PP en las Islas abarcaba un amplio abanico ideológico, desde posiciones claramente conservadoras en su sentido tradicional hasta posiciones casi socialdemócratas y filonacionalistas.

En ese sentido, la nueva dirección regionalista es muy consciente de la necesidad de intentar no perder posibles votantes ni a la derecha ni a la izquierda, ni tampoco en el centro, pero las nuevas circunstancias políticas parecen hacer muy difícil que el PP pueda repetir en Baleares las mayorías absolutas que obtuvo en el pasado. Por un lado, hay antiguos electores que hoy se sienten más y mejor representados por Ciudadanos, al entender que ahora habría una cierta «tibieza» de los populares a la hora de criticar el presunto adoctrinamiento escolar en determinados centros del Archipiélago o la vuelta de la inmersión lingüística en catalán.

Políticas lingüísticas

Por otra parte, hay en cambio antiguos votantes populares que consideran que Bauzá se excedió en la pasada legislatura con algunas de sus políticas lingüísticas en apoyo del castellano, por ejemplo en la aplicación del decreto en favor del trilingüismo, por lo que ahora prefieren el nacionalismo de centro que representa Proposta per les Illes (PI). Finalmente, hay votantes y exdirigentes que hoy se sienten un poco «huérfanos» en el seno de su propio partido, aunque de momento no han optado aún ni por Cs ni por PI.

Entre dichos «huérfanos» se encontraba, precisamente, Carlos Delgado. El hoy ya exmilitante popular fue alcalde del municipio mallorquín de Calviá, que tradicionalmente había sido un feudo socialista, entre 2003 y 2011. Además, en dos congresos regionales optó a la presidencia del PP balear, resultando derrotado en ambos casos, en 2008 por Rosa Estarás y en 2010 por José Ramón Bauzá . Tanto en el primer cónclave como en el segundo, Delgado obtuvo en torno al 30% de los votos.

En los comicios autonómicos celebrados en mayo de 2011, Bauzá obtendría la mayoría absoluta, relevando al frente de la Comunidad al socialista Francesc Antich . Fiel a su política de integración, Bauzá decidió nombrar consejero de Turismo a Delgado, que desarrolló una buena labor al frente de dicho departamento hasta su renuncia, en diciembre de 2013, por motivos personales.

«Cambio profundo»

La reciente baja de Delgado como militante del PP balear podría no ser la última por parte de destacados afiliados no regionalistas. Así podría ocurrir, por ejemplo, con la exdiputada autonómica Aina Aguiló, según explicó ella misma en su perfil de Facebook la pasada semana. «Tengo que tomar una decisión que no es nada fácil para mí. Soy una persona muy conservadora y no me gusta cambiar, pero sé que el partido al que siempre he votado, actualmente no defenderá los principios por los que tanto he luchado a lo largo de mi vida. En Baleares necesitamos un cambio profundo, pero éste no se producirá si gobierna mi partido», escribió Aguiló.

Cabe recordar que Aguiló formó parte de la candidatura de Bauzá en el congreso regional celebrado en marzo de este año. Además, en julio Aguiló optó a la presidencia de la Junta Territorial del PP de Palma, en donde se enfrentó a la expresidenta del Parlamento autonómico y actual portavoz en el consistorio palmesano, Marga Durán . Finalmente, Durán se impuso a Aguiló, al obtener el 72% de los votos frente al 26% conseguido por su contrincante.

A falta de algo más de un año para los futuros comicios autonómicos, el actual presidente de los populares isleños tiene ante sí no sólo el reto de intentar conseguir unos buenos resultados electorales, sino también el de procurar convencer a los no regionalistas de que el PP sigue siendo aún su partido. A la vista de las bajas ya confirmadas o más o menos previsibles, Company y la actual dirección deberán de esmerarse mucho en ese sentido.

El PP balear se debilita por su flanco no regionalista

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