El PP arma un mensaje no solo económico para recuperar media docena de escaños
En la dirección popular saben que esa mejora es vital para pactar con Ciudadanos
Si finalmente el 26 de junio hay elecciones generales, serán las quintas en los últimos catorce años -tras las andaluzas, municipales y autonómicas, catalanas y generales de 2015- y las primeras de las tres que se prevén para este año -las otras son las gallegas y las vascas-. Todo un maratón que al menos en el PP quieren afrontar con algunos cambios: prevén una campaña en la que el mensaje ya no sea el discurso económico -«ya no sirve»-, que se haga «en foco corto» -nada de grandes actos- y, por supuesto, con Mariano Rajoy como candidato. Entre otras cosas, ya no hay plazo para otra cosa, salvo que se produjera un «dedazo» en una junta directiva.
Dirigentes populares son conscientes de la importancia de estos nuevos comicios, pese a que «muchos piensen que nada va a cambiar». En su caso, creen que de los resultados de unas nuevas elecciones puede depender el papel que tenga el PP en el nuevo escenario político. Una variación pequeña en sentido positivo, apenas una docena de escaños más, podría transformar la situación . Ahora, recuerdan, Ciudadanos y PP suman 163, y la mayoría absoluta está en 176.
Pero advierten de que si la variación fuera en negativo el PP podría pasar de su actual situación de mayoría minoritaria a no contar ni siquiera con una mayoría de bloqueo, lo que le dejaría en el papel de «partido irrelevante», se lamentan.
Mantener los puentes
En todo caso, estas fuentes tienen clara la importancia de Ciudadanos en el futuro: son sus socios ideológicos naturales, y con quienes más coincidencias programáticas hay. Además, ya tienen experiencias de gobierno con el apoyo del partido naranja, por ejemplo en Madrid. Por eso, apuestan por «no romper los puentes» con ellos y no cargar las tintas contra los del partido de Albert Rivera. Y esperan que él no insista en el veto a Rajoy: «No tendría sentido hacerlo con quien ha ganado dos veces las elecciones».
Después de un año largo y duro, y de unos malos resultados electorales del PP en todos los comicios desde los europeos de 2014, el ambiente en el partido no es el mejor, y en la cúpula no son ajenos a ello. «Sabemos que los militantes están desencantados , desincentivados, pero la gente ha entendido la actitud de Rajoy en estos cuatro meses desde el 20-D, y no va a haber tanta desmovilización como algunos barruntan», señala a ABC un dirigente popular.
Respecto a la campaña, hay altos cargos convencidos de que «no se puede vender ya el discurso económico». Apuestan por ganar en «ideología» y ofrecer las ideas básicas del PP: no subir los impuestos, la defensa de la vida, la protección de las víctimas del terrorismo… La idea es hacerlo además «en foco corto: nada de grandes actos, sino que todo sea muy cercano, muy pegado a la calle».
Debate a cuatro
Eso sí, en esta nueva campaña es muy probable que haya debate entre los cuatro candidatos: «Por coherencia con nuestros planteamientos, tendremos que aceptarlo» , opinan algunos dirigentes. Pero tampoco es un escenario que les asuste. Al contrario: «Rajoy puede defenderse muy bien, y además lo más probable es que Iglesias, Rivera y Sánchez se dediquen a atacarse entre sí».
Tras el fiasco de estos cuatro meses sin conseguir un acuerdo, en la nueva cita de los electores con los partidos políticos en el PP creen que lo que van a buscar «no van a ser líderes carismáticos; ya han tenido bastante con Iglesias y Rivera». Más bien creen que será el momento de «alguien que funcione, que haga que las cosas funcionen» . Y tienen claro que, gane quien gane, «la próxima legislatura va a ser muy complicada».
Y una vez pasadas las elecciones, e independientemente de su resultado, será el momento del congreso del PP, pendiente desde hace un año y que se adivina complicado. Nadie duda ya de que se impondrán las tesis de quienes piden un congreso abierto -bajo la base de «un militante, un voto» -. Y será el momento de la gran renovación en el partido. Las tensiones, las crisis y las peleas internas, asegura un dirigente popular con mucha experiencia, tienen mucho que ver con «la falta de renovación en el partido en estos años, que se debe a que llevamos tres años seguidos en procesos electorales». Pero recuerdan que la renovación «no significa simplemente cambiar las personas».