El PP acusa a Vox de permitir que Pisarello, aliado de Colau y los independentistas, entre en la Mesa

Choque frontal entre los de Casado y los de Abascal en la constitución del Congreso

Santiago Abascal y Pablo Casado, en el Pleno del Congreso Efe

Mariano Calleja y Juan Casillas Bayo

El rechazo de Vox al pacto ofrecido por Pablo Casado para que el centro-derecha tuviera cuatro miembros en la Mesa del Congreso, de un total de nueve, ha derivado en que la izquierda salga ganando con un puesto más. Y no es cualquiera, se trata de Gerardo Pisarello , aliado fiel de Colau y los independentistas catalanes.

Así lo ha recordado el secretario general del PP, Teodoro García Egea , en un tuit: «Gracias a Vox, en la Mesa no estará José María Espejo (Cs) que luchó contra el golpe de Estado desde la Mesa del Parlament de Cataluña. Gracias a Vox será sustituido por Pisarello, aliado de Colau y los independentistas».

El enfrentamiento entre Vox y el PP ha sido frontal. En los pasillos, el portavoz de Vox, Iván Espinosa de los Monteros , ha acusado a su vez a los populares del resultado en las votaciones: «El PP aplica el cordón sanitario y permite que entre un miembro adicional de Podemos, antes que apoyar a Vox, el tercer grupo de la Cámara. Gracias, PP».

Vox tenía riesgo de autoexcluirse de la Mesa del Congreso , al rechazar el pacto que ofreció el PP para que los tres partidos del centro-derecha tuvieran representación. Con la unión de los votos del PP, Vox y Ciudadanos, podrían haber tenido cuatro representantes: dos del PP, uno de Vox y uno de Ciudadanos.

Pero Vox se había negado a «colaborar» para que Ciudadanos tuviera un miembro, y reclamó que a ellos les correspondían dos, los mismos que al PP.

La realidad, como se ha visto, es que Vox solo ha conseguido una vicepresidencia gracias al PSOE, que ha permitido que Ignacio Gil Lázaro tuviera un sillón. Si los socialistas hubieran repartido los votos de la izquierda, y hubiese aplicado el cordón sanitario que prometió contra Vox, este partido se habría quedado fuera.

En la votación de las cuatro secretarías , Vox ha vuelto a votarse a sí mismo, sin pactar nada con nadie. Eso sí, ha pedido al PP que le cediese algún voto para conseguir un puesto de secretario. Desde el PP se les ha recordado que ellos tenían un pacto con Ciudadanos , que abarcaba también el Senado, y lo iban a cumplir.

Al final, Vox se ha votado a sí mismo, y por no aceptar el pacto del centro-derecha ha permitido que la izquierda y el populismo tengan tres de los cuatro secretarios.

El malestar del PP es evidente, sobre todo por el intento de Vox de echar la culpa a los populares, cuando ha sido este partido el que ha ido por libre sin querer ningún acuerdo que incluyera a Ciudadanos.

Ciudadanos no entiende la posición de Vox

Y en medio del PP y de Vox se ha quedado Cs, que ha visto cómo saltaban por los aires todas sus opciones de entrar en la Mesa. José María Espejo-Saavedra se reunió ayer con miembros de Vox para buscar su apoyo a la propuesta de Casado, pero recibió un no rotundo de los de Abascal.

Vox solo estaba dispuesto a respaldar un candidato de Cs si tanto ellos como el PP les garantizaban dos puestos en la Mesa. Es decir, pretendían que los populares, con 89 escaños, se quedasen solo con un puesto en el órgano de gobierno de la Cámara Baja, a cambio de mantener ellos dos. En ese caso, sí estaban dispuestos a ceder votos para la entrada de Cs.

Fuentes parlamentarias de Cs sostenían a la salida del hemiciclo que Vox va a tener serias dificultades para explicar su posición. Con su decisión obtienen un puesto en la Mesa, como en el acuerdo promovido por el PP, pero el centro-derecha se queda con un diputado menos en el órgano, que va a parar a la izquierda. Concretamente, a Pisarello.

Después de rechazar Vox cualquier acuerdo que no pasase por tener ellos dos asientos en la Mesa, Cs buscó tejer una alianza con el PSOE. Según detallan, el socialista Rafael Simancas se llegó a comprometer ayer con Espejo-Saavedra al siguiente reparto: tres asientos para el PSOE, tres para el PP, dos para Podemos y uno para Cs.

El PSOE cambió de opinión

Las negociaciones se han complicado esta mañana por un cambio de opinión en el PSOE que Cs no comprende y los liberales han hecho una contraoferta respaldada, según dicen, por el PP: tres asientos para el PSOE, tres para Podemos, dos para el PP y uno para Cs. «El PSOE estaba de farol con el cordón sanitario» , ha denunciado un diputado.

En este sentido, y en la misma línea que el PP, se ha pronunciado en Twitter la portavoz de Cs en el Congreso, Inés Arrimadas , que ha culpado al PSOE de preferir a Vox que a Cs en la Mesa; y a Vox de decantarse por Podemos antes que por Cs. «El PSOE ha preferido que esté Vox en la Mesa del Congreso y Vox ha preferido que esté Podemos a Cs. Esa es la realidad», ha resumido la presumible futura líder liberal.

El resultado, señala Arrimadas, es que en vez de tener un puesto en este órgano Espejo-Saavedra, que fue vicepresidente segundo de la Mesa del Parlament en el punto álgido del «procés» , quien lo tiene es Pisarello, «la mano derecha de Colau».

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