Borja Sémper, un político sin siglas

El verso libre del PP anuncia su marcha tras años de desafinos con la dirección nacional

Borja Semper, en una imagen de archivo durante una entrevista con ABC Isabel Permuy

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Los Sémper han sido una institución en la comarca del Bidasoa. Un famoso cuarteto de hermanos trotamúsicos que amenizó miles de bodas hasta los años noventa. Pero ese apellido pasó de repente de los actos festivos de Irún a la diana pintada por los violentos en las calles. De la alegría al temor. Fue el día en que Borja Sémper decidió con 17 años meterse en política formando parte de la generación de Miguel Ángel Blanco , el ejército de voluntarios anónimos que arriesgaron su vida por la democracia española plantando frente a ETA desde los ayuntamientos vascos.

Un cuarto de siglo después, ahora que felizmente puede pasear libre de escolta por la parte vieja de San Sebastián, Borja Sémper (Irún, 1974) ha decidido marcharse con la música a otra parte . Empezará etapa en la empresa privada, como responsable de Relaciones Institucionales de la consultora Ernst & Young.

A Sémper, de verbo ágil, siempre le gustó ser el verso libre del PP . Y lo cierto es que llevaba demasiado tiempo desafinando con el tono su propio partido. Hasta el punto de que en las últimas elecciones municipales concurrió como candidato a alcalde de San Sebastián con una campaña personalísima, desmarcándose del PP, cuyas siglas ocultó. Quiso, dijo, situar a la ciudad por encima de la política. Mantuvo los tres escaños que heredó salvando los muebles del partido que pudo gobernar con Gregorio Ordóñez si ETA no lo hubiera asesinado.

Se va desencantado con el tono actual de la política, harto de extremismos y «trincheras ». Su salida, adelantada a El País y La Sexta, se ha interpretado como un portazo a Pablo Casado, el plantón de los moderados a Génova. «Mientras algunas caminaban sobre millidas moquetas, otros nos jugábamos la vida defendiendo la Constitución», le contestó a Cayetana Álvarez de Toledo, cuando hace meses acusó al PP vasco de hacer «seguidismo» de los nacionalistas.

Pero ese fue solo el último de muchos enfrentamientos con Génova, que se agravaron con el estallido de casos de corrupción en filas populares y la 'mano blanda' de Rajoy. Antes, batalló ideológicamente con el sector afín a María San Gil y el propio Aznar. «Que no os roben este momento», dijo cuando ETA declaró su final en octubre de 2011. Siempre defendió que, una vez legalizada Bildu, estaban condenados a convivir en las instituciones con los herederos de quienes querían asesinarles.

El gran ascenso polìtico de Sémper llegó con Antonio Basagoiti en la legislatura del cambio, en la que el PP vasco dio sus votos al PSE para hacer a Patxi López lendakari. Intentó luego dar el salto a Madrid pero Génova frenó su entrada en las listas al Congreso. Demasiado incómodo. Su último tren perdido fue el de Soraya Sáenz de Santamaría, a quien apoyó para liderar el partido frente a Casado. Emparejado con la actriz Bárbara Goenaga y padre de familia numerosa, empezará ahora nueva vida en la empresa privada.

Sémper ha sido el referente indiscutible de los suyos como portavoz en el Parlamento vasco, donde ha pronunciado discursos notables contra el nacionalismo. Es también el presidente del partido en Guipúzcoa y líder local en San Sebastián. Su salida deja un gran agujero a su amigo y presidente actual del PP vasco, Alfonso Alonso , cuyo futuro como candidato a las elecciones autonómicas de este año también está en el aire.

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