La política se rinde a las formas y olvida los programas

En los últimos años, coincidiendo con la irrupción de la «nueva política», las medidas concretas están perdiendo importancia en favor de los gestos de cara a la galería, que también sirven para ganar votos

El beso entre Domènech e Iglesias no fue casualidad ni cosa de la emoción del momento EFE

ENRIQUE DELGADO SANZ

El beso en la boca de Iglesias con Domènech , la cazadora motera de Sánchez, la retranca de Rajoy o el tono conciliador de Rivera. El bebé de Bescansa, las declamaciones parlamentarias —al más puro estilo teatral— de Antonio Hernando, las apariciones en televisión de Levy o los intercambios tuiteros de Girauta. Esto sólo es una pequeña muestra de lo que les hemos visto hacer a nuestros políticos en los últimos tiempos y, aunque alguien piense que son gestos naturales y espontáneos, nada más lejos de la realidad, todo está pensado, calculado y medido al milímetro , es comunicación política.

«Comunicar en política, ahora mismo, es todo», subraya Rubén Tamboleo, miembro del Colegio Nacional de Doctores y Licenciados en Ciencias Políticas y Sociología e investigador en la Universidad Complutense de Madrid quien, después de esta definición, pasa a otra más académica pero igual de sencilla y contundente sobre este fenómeno: «La comunicación política, en pocas palabras, sería el esfuerzo que se hace para que tu mensaje llegue a la persona que quieres que te escuche ».

«Los mensajes deben ser cortos, sencillos y pasionales»

Los mensajes deben ser « cortos, sencillos y pasionales» , como propone Tamboleo, quien destaca la importancia del «relato» que los partidos crean para transmitir sus ideales, algo que se consigue «desde con el hijo que está en casa convenciendo a sus padres para que voten, hasta con el tertuliano que siempre sale en televisión». De hecho, estas intervenciones no siempre tienen por qué tener un fuerte contenido programático o ideológico y hay veces que con una frase o un gesto en el momento justo, basta .

Así, la importancia de las formas en la política actual es tal que, según el criterio del politólogo, incluso se imponen al fondo. «Absolutamente», confirma Tamboleo, quien añade que, en los últimos años, «hemos comprobado cómo la forma se ha convertido en algo más importante que el fondo y esto es lo que está haciendo cambiar las cosas». La respuesta a este cambio de paradigma podría responder, como dice el experto, a que ahora falta «un proyecto de fondo» en las diferentes fuerzas políticas.

Mejor invisible

«La comunicación se tiene que notar pero no de manera explícita», defiende Luis Arroyo, autor del libro 'El poder político en escena', quien critica la estrategia que ha seguido Podemos en algunos momentos al no considerarla natural. « A Podemos se le ha ido la mano , la comunicación está muy bien cuando no se nota y a ellos se les nota», indica el especialista, quien sin embargo resalta que PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos «son cuatro partidos con una muy buena comunicación».

Tamboleo, por su parte, sí que encuentra más fisuras comunicativas, especialmente entre los grandes partidos tradicionales: «Estaban con cuestiones muy mal gestionadas , como el plasma, el Presidente huyendo por los pasillos, las no comparecencias... todo eso deja poso y un estilo de comunicación negativo», considera el politólogo.

Sin embargo, ambos especialistas coinciden al señalar que Ciudadanos y Podemos son partidos que han nacido en la época de la comunicación , como especifica el investigador, quien identifica que, en unos momentos de suelo inestable, Congreso multicolor y gobiernos de aritmética compleja, los partidos han asumido durante las negociaciones, y posterior investidura fallida, diferentes papeles.

Rivera, rodeado por los medios, en un acto de campaña IGNACIO GIL

Proactivo o reactivo

A lo largo de las negociaciones ha habido dos estilos, el proactivo y el reactivo. El primero de ellos lo han asumido, según esgrime Tamboleo, «PSOE y Ciudadanos», mientras que el segundo, más pasivo, ha quedado para «Podemos y PP». «Especialmente proactivos han sido el PSOE, aunque haya fracasado en el debate de investidura, y Ciudadanos», resalta el experto, quien valora que la formación de Rivera haya conseguido jugar un papel importante después de haber sido la cuarta opción en las urnas. « Ciudadanos no era llave de nada pero ha recuperado el mensaje y también la agenda, se ha puesto a la cabeza de la negociación y ha conseguido un pacto de posible gobierno», argumenta el politólogo.

Por su parte, el PP ha mantenido un papel «totalmente reactivo», dice Tamboleo, quien identifica que el partido de Rajoy únicamente se ha dedicado a responder a los movimientos de sus rivales. Este hecho, para el experto, es sinónimo de «perder batallas». Por ello, el politólogo aconseja al PP que «expulse a Rajoy del liderazgo —como ya hizo en su día el partido Conservador británico con Margaret Thatcher— porque está agotado comunicativamente desde hace dos años». En último término, Podemos también ha sostenido una postura reactiva algo que, según entiendan los electores al compararla con su programa, puede incluso perjudicarles, valoran las fuentes consultadas por ABC.

¿Quién lo ha hecho mejor?

La respuesta a esta cuestión se antoja, cuanto menos, díficil de responder por las numerosas variables que entran en juego. «Si se visualiza que Pablo Iglesias ha sido hostil a esas negociaciones, Podemos saldrá perjudicado, pero si se visualiza que ha apostado por ese gobierno de izquierdas, como dijo en campaña, saldrá beneficiado», vaticina Tamboleo, a quien completa Arroyo, más duro: « Podemos sale muy tocado y el PP algo parecido , porque mucho más tocado de lo que está no puede estar».

Después de esto parece que los grandes triunfadores hasta la fecha son los líderes de PSOE y Ciudadanos. «Indiscutiblemente Albert Rivera y Pedro Sánchez son los más reforzados , la gente está viendo que hay dos tipos que han negociado en positivo, que han acordado medidas y que se quieren poner de acuerdo aún siendo distintos», zanja Arroyo.

¿Y ahora qué?

La imagen que han dejado unos y otros es, como todo, subjetiva. Cada ciudadano la habrá asimilado de una forma diferente, algo que veremos si se refleja en las urnas en el caso de que haya nuevas elecciones .

La investidura ya queda lejos, España sigue sin Gobierno y los diferentes partidos ya habrán evaluado los daños y beneficios de sus estrategias comunicativas que, según sugiere Arroyo, deberían mantener, ya que no hay mucho margen de maniobra.

«PSOE y Ciudadanos deben manterse firmes»

« PSOE y Ciudadanos deben mantenerse firmes en esa narrativa de que están aquí para construir un gobierno de cambio, con la mano tendida aunque sepan que no se la van a coger», indica el experto, quien hace extensible el consejo a Podemos y al PP. «Ya no es momento de cambiar de líder ni de relato porque sería suicida a dos meses de las elecciones», advierte Arroyo, quien sabe que esos cambios, aunque pudieran gustar de puertas hacia fuera, serían negativos en el seno de los partidos.

Habrá sido la globalización, la televisión o el imperio de las redes sociales e internet, lo que sea, pero está claro que el panorama ha cambiado, también en la forma de hacer política. Tamboleo, de todas formas, resume en una frase por qué parece que a unos partidos les cuesta más que a otros ganar votos con sus actuaciones de cara a la galería: «Los viejos partidos pensaban que esto en España no era así, que era algo propio de otros países , pero hemos visto cómo aquí también han cambiado las cosas».

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