Podemos insinúa un «arreglo» entre Moncloa y Urkullu
La oposición cree que la fase 1 restringida a la vasca prueba que no estaban preparados
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La habilidad, y normalmente el secretismo, con los que el PNV maneja las negociaciones a la desesperada con el Gobierno de turno en Madrid suele alimentar todo tipo de sospechas de ventajismo político. Y esta vez no solo los presidentes de otras comunidades autónomas, del PP y del PSOE, han denunciado un supuesto trato de favor al País Vasco que le autorizaría a avanzar en la desescalada más allá de criterios estrictamente técnicos y sanitarios. También la oposición en el País Vasco abona las dudas sobre si esta comunidad autónoma estaba realmente preparada para iniciar la Fase 1 , toda vez que ésta ha sido restringida por el Gobierno de Vitoria y la libertad de movimiento sigue limitada al municipio con algunas excepciones. Coloquialmente la llaman la «Fase 0,5».
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Desde el partido vasco de Pablo Iglesias se apunta a una cesión política de La Moncloa al PNV con un objetivo de fondo: celebrar las elecciones en julio , como desea el lendakari. La candidata de Elkarrekin Podemos, Miren Gorrotxategi, disparó las sospechas al insinuar un posible «arreglo» entre los Gobiernos central y vasco para que esta comunidad accediera a la Fase 1 pese a «no estar en condiciones» para ello. «No se entiende por qué en Euskadi tenemos medidas más restrictivas», que el resto de zonas en primera fase. ¿Puede que no estuviéramos preparados? Parece que han tenido que hacer un arreglo», aseguró ayer en una entrevista en Euskadi Irratia. «Si se toma la desescalada como un examen de oasis vasco, mal vamos. Adecuémonos a la realidad, lo contrario no tiene sentido», añadió la candidata oficiosa de Iglesias en las primarias vascas para las autonómicas, que critica que Urkullu se proponga convocar elecciones cuando la prioridad ahora es otra. También Bildu y PP+Cs reprochan que se ofrezca una falsa «apariencia» (la de pasar de fase) que el Ejecutivo vasco matiza con restricciones propias.
Objetivo, elecciones en julio
Lo cierto es que en la negociación de la cuarta prórroga del estado de alarma, el PNV reclamó al Gobierno central que acabara con el «mando único» y compartiera la gestión y la toma de decisiones con las comunidades autónomas. Además, exigió por escrito el compromiso de que no pondría trabas a la convocatoria de las elecciones vascas y gallegas que tuvieron que ser pospuestas el 5 de abril por la pandemia. El PNV logró aprobar una enmienda al decreto según la cual la vigencia del estado de alarma «no supondrá obstáculo alguno» en el desenvolvimiento y realización de las autonómicas convocadas . El Gobierno garantiza el pleno funcionamiento de los servicios clave como Correos.
Esta condición era crucial para que Urkullu logre su objetivo de fijar los comicios en julio, pese a las objeciones del resto de partidos, salvo del PSE. El argumento del lendakari es que se necesitan un Gobierno y un Parlamento fuertes para abordar la crisis que ya ha estallado. El argumento de la oposición es que el PNV quiere blindarse antes de que lleguen las medidas drásticas para afrontar esta nueva crisis, posiblemente en otoño.
Si la fecha elegida es el 12 de julio la convocatoria deberá producirse la próxima semana para respetar los 54 días de plazo que exige la ley.
«Las prisas no son buenas consejeras», le espetó el viernes la candidata de Bildu a Urkullu en una sesión especial del Parlamento vasco, donde el lendakari volvió a insistir en la necesidad de que haya elecciones cuanto antes. Para el PP, el Gobierno vasco «prioriza la apariencia a la seguridad de los ciudadanos».
El PNV se revuelve
El PNV se revolvió ayer ante las quejas de los presidentes autonómicos de Andalucía, Comunidad de Madrid y Comunidad Valenciana, gobernadas las dos primeras por el PP y la última por el PSOE. «Tapan carencias propias echando la culpa a los vascos», afirmó el portavoz del grupo nacionalista vasco en el Congreso, Aitor Esteban, tras aseverar que no ha habido «otros criterios aparte de los sanitarios».
Urkullu mantiene el plan para que el 18 de mayo regresen a las aulas, de manera obligatoria, los alumnos de segundo de Bachillerato y FP superior , con el uso de mascarillas o distancia entre pupitres. La consejera Arantxa Tapia, que coordina la desescalada en el País Vasco, afirmó el sábado que existe un «acuerdo» entre el Ejecutivo central y el vasco. La comunidad educativa y los sindicatos se niegan a regresar en seis días.
La entrada en la nueva fase dejó ayer muchas dudas en la población. El decreto vasco con las nuevas restricciones se publicó pasada la medianoche. El delegado del Gobierno, Denis Itxaso, respondió con críticas el caótico inicio de la gestión propia de Urkullu.