Podemos depura su censo ante las altas cifras de desmovilización

De los más de 490.000 inscritos solo 155.000 participaron en las últimas primarias

El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias EFE

ALEXIS ROMERO

En 2019 Podemos se enfrentará a unas elecciones europeas, municipales y autonómicas siendo la primera vez que disponen de tiempo -más de un año- para preparar los comicios a nivel electoral, pero también orgánico. Además de cuestiones como las siglas , las confluencias y el objetivo de aumentar su presencia en los municipios, también aprovecharán este año para resolver uno de los principales asuntos a nivel interno: el control sobre la militancia. Desde el pasado año la formación se encuentra inmersa en un proceso de depuración de su propio censo que busca, por un lado, incrementar el control sobre unas bases cuya magnitud está poco definida en la actualidad y, por otro, evitar cifras de desmovilización que pueda dañar la imagen de un partido que tiene la participación ciudadana como uno de sus principios rectores.

La configuración de Podemos en sus inicios respondió más a la urgencia de tener unas estructuras -más o menos basadas en los partidos clásicos- con la que poder presentarse a unas elecciones que al objetivo de construir una formación política con estructuras estables -un censo de militantes bien definido, control sobre las representaciones de Podemos en todos los ámbitos territoriales...-. Dentro de esta urgencia también se enmarcó la necesidad de disponer en un corto periodo de tiempo de una militancia que pudiera tomar decisiones sobre aspectos fundamentales del partido, como la elección de su ejecutiva y del secretario general, con el fin de legitimar el reparto de poder que se estaba dando en el partido en sus orígenes.

Esa necesidad de tener una base importante de militantes es el origen de lo que en el partido denominaron «inscritos», aquellas personas que mediante un registro en la plataforma web de Podemos pueden participar tanto en las decisiones puntuales que se tomen (consultas internas), como en la elección de cargos y la configuración de los estatutos. En la actualidad la cifra de inscritos supera los 490.000 . Sin embargo, esta cifra difiere bastante de los últimos datos de participación, situación que ha obligado al partido a depurar su censo. En la última consulta interna de Podemos, para decidir si se presentaban en coalición con otras fuerzas a las elecciones de 2019 y si conservaban sus siglas en las futuribles candidaturas, y cuyo resultado se conoció la pasada semana, participaron un total de 76.511 inscritos, lo que desde Podemos cifraron como un 46,65 por ciento de los «inscritos activos». Esto supone un 16 por ciento de los inscritos totales. En las últimas primarias, en la Asamblea Ciudadana de Vistalegre II, estaban llamadas a votar 456.725 personas, pero la participación fue de 155.275, es decir, un 34,5 por ciento del censo. Además, en el momento de poner en marcha la depuración del censo, un 40 por ciento de los inscritos de Podemos llevaban más de un año sin participar en los procesos internos, por lo que ya entonces en la formación eran conscientes de que existía un alto porcentaje de militancia inactiva.

Verificación mediante DNI

El partido ofrece desde hace meses a sus inscritos «regularizarse» a través de una verificación con su documento nacional de identidad para evitar, entre otras cosas, que se utilicen identidades falsas en los procesos de participación. Además de los inscritos, en Podemos también han empezado a configurar un censo de «militantes» , que se corresponden con aquellas personas que se involucran de forma activa en las actividades diarias del partido, «los que tienen más alto nivel de compromiso con el proyecto y que están llamados a componer los órganos de dirección o las papeletas electorales», según explican fuentes de la formación.

La cifra de militantes en la actualidad está en torno a 20.000. Estas mismas fuentes destacan que lo que diferencia a un militante de un inscrito no son sus derechos a la hora de participar, ya que «el hecho de ser militante censado no confiere ningún derecho político adicional al de estar inscrito y no es requisito adicional de participación en ningún ámbito», sino que la distinción reside simplemente en la voluntad de los militantes por involucrarse de forma más activa. Además de un censo regularizado y controlado, en la formación son conscientes de que necesitan movilizar a sus bases para preparar toda la estructura de las elecciones del próximo año. Por eso, en la actualidad están realizando campañas entre sus inscritos para incrementar la cifra de militantes activos.

Podemos depura su censo ante las altas cifras de desmovilización

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