¿Qué piensa Trump de Sánchez?
A pesar de lo que dice la ministra, en EE.UU. no están contentos con el Gobierno
Viajé con Sánchez a América. Fue hace dos veranos, el siguiente a la moción de censura, a finales de agosto del 18: Chile, Bolivia, Colombia, Costa Rica . Fue un viaje iniciático, casi folclórico, en el que se perfilaron muchas cosas de lo que Iván Redondo había diseñado para dotar a Sánchez de una imagen presidencial que necesitaba para subir en las encuestas . ¿Qué mejor que el boato hispanoamericano recibiendo a un presidente español? Pero en aquel viaje se coló una realidad que Sánchez no controlaba: el éxodo de venezolanos en todas direcciones , especialmente a Colombia.
Fue tema recurrente en las ruedas de prensa posteriores a sus encuentros con los presidentes –todas con límite de preguntas–. Si Sebastián Piñera fue contundente condenando a Maduro , Iván Duque no se quedó corto. Definió su régimen como una «dictadura oprobiosa». En aquella rueda de prensa, ABC le preguntó a Sánchez si compartía el análisis. Sánchez se fue por las ramas y soltó lo que piensa realmente de Venezuela: «Deben resolverlo entre venezolanos». Esta estrategia le situó enfrente de Piñera , Duque, EE.UU. y la OEA y en línea con la posición de Zapatero: no a injerencias internacionales , no al liderazgo de España en Hispanoamérica.
Hete aquí que pasado el tiempo, en enero de 2019, irrumpe la figura de Juan Guaidó como presidente encargado, Estados Unidos le reconoce inmediatamente y el presidente del Gobierno de España empieza a titubear. Once días tardó Sánchez en reconocerle , pero finalmente lo hizo (en otra rueda de prensa sin preguntas). Tarde, pero lo hizo . En los meses sucesivos, él y sus dos ministros de Exteriores se han agarrado a eso para acallar las críticas que han ido surgiendo a cada nueva crisis vinculada a Venezuela.
A quienes hemos pedido mayor liderazgo de España y mayor contundencia con Maduro nos han tratado de acallar con ese argumento falaz . Y el tiempo siguió transcurriendo y ya en enero de 2020 Sánchez no recibió a Guaidó cuando vino a España, a diferencia de Merkel, Macron, Johnson y Trudeau . Un gesto imperdonable, incluso indigno, pero esclarecedor sobre la auténtica posición de Sánchez. La entrada de Podemos en el Gobierno y la falta de transparencia en el «Delcygate» no ayudan. El colofón a esta historia lo escribió ayer el propi o Sánchez al rebajar a Guaidó a «líder de la oposición» . Y se quedó tan ancho, como quien oye llover.
Me dirijo a la ministra de Exteriores, Arancha González Laya , que la única rueda de prensa que ha concedido en España acalló a la prensa con la siguiente frase: «No hay cambio de la política de España respecto a Venezuela, por ello no afectará a las relaciones con Estados Unidos». Bien, dado que la nueva consideración de Guaidó sí ha cambiado , ¿qué pasa con Estados Unidos?
En la Administración Trump no están precisamente contentos con nuestro Gobierno. ¿Para cuándo una visita de Sánchez a Trump en la Casa Blanca? Y no digo del Rey, digo de Sánchez. Tal vez es que las relaciones no sean tan buenas y esto preocupe en La Moncloa.
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