Picaresca y 'guerra de banderas' en los ayuntamientos de Cataluña
Un arte del incumplimiento de la norma (Ley 39/1981) mediante el cual muchos alcaldes intentan ganarse la aprobación de sus vecinos jugando con los símbolos que ondean en los balcones de los ayuntamientos
![Banderas en el Ayuntamiento de Vic](https://s1.abcstatics.com/media/espana/2021/09/05/banderas-ayuntamiento-catalua-k58D--1248x698@abc.jpg)
La ‘guerra de banderas’ ha llegado a convertirse en una auténtica disciplina política en Cataluña. Un arte del incumplimiento de la norma (Ley 39/1981) mediante el cual muchos alcaldes intentan ganarse la aprobación de sus vecinos jugando con los símbolos que ondean en los balcones de los ayuntamientos. Esta práctica gozó de su mayor apogeo en los años más excitados del proceso independentista , cuando la retirada de la bandera española llegó a ser incluso un símbolo de orgullo para algunas localidades. Aunque con el paso de los años esta práctica ha perdido su pátina rupturista todavía hay muchos pueblos catalanes -decenas según los listados que manejan formaciones como el PP o Ciudadanos- que no tienen en sus balcones la bandera de España.
En el ayuntamiento de San Martí de Llémena (Gerona) no ondea ninguna bandera; en otras poblaciones de la misma provincia, como Corçà tienen la del pueblo y la catalana, mientras que en Cassà de la Selva, también en Gerona, s olo ondea la ‘senyera’ desde hace tiempo . Según ha podido constatar este diario, en las poblaciones de Riells i Viabrea (Gerona), Montblanc (Tarragona) o Sant Feliu de Guixols (Gerona), por ejemplo, tampoco ondea la bandera española como fija la normativa.
Otras ciudades catalanas han ido un poco más allá y entran de lleno en ejercicios que mezclan el protocolo con la picaresca. Es el caso de Granollers (Barcelona), donde desde hace tiempo no ondea ninguna bandera del balcón del Ayuntamiento en los días laborables. No obstante, según contaron fuentes municipales a ABC, con la llegada del fin de semana, un funcionario cuelga otra vez las tres banderas oficiales (la española, la catalana y la de la localidad). El domingo son retiradas y guardadas de nuevo.
Otros casos curiosos son los de Sant Sadurní d’Anoia (Barcelona), donde ondea la enseña española con la advertencia, en un cartel, de que se hace «por imperativo legal», o el de Gallifa (Barcelona), una población de poco más de 150 habitantes donde se ha colgado una bandera poco mayor que un banderín.