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Dolores Delgado, el peón de Sánchez en la Fiscalía para afrontar la crisis en Cataluña
Durante su mandato al frente de Justicia, se vio envuelta en polémicas como las del caso Villarejo, la demanda civil de Puigdemont a Llarena o por poner a la Abogacía del Estado al servicio del «procés»
La noticia bomba no era al final el Ministerio de Justicia, sino la Fiscalía General del Estado . Pocos aventuraban que Dolores Delgado , la polémica ministra marcada por el caso Villarejo, por negarse a defender al juez Llarena ante la demanda civil que le interpuso Carles Puigdemont o por poner a la Abogacía del Estado al servicio del «procés» iba a ser coronada como fiscal general del Estado.
Aunque sí es cierto que el Gobierno tenía claro que quería para este puesto a un jurista con un marcado carácter político , Delgado no estaba en las quinielas al ser considerada un personaje «amortizado» ya en el Ejecutivo de Pedro Sánchez. Como informó ABC uno de los nombres que estaba sobre la mesa del Gobierno era el del fiscal de Sala del Supremo Pedro Crespo , muy marcado políticamente por su relación con Conde-Pumpido , pero a la vez muy respetado entre sus compañeros por sus amplios conocimientos jurídicos y técnicos.
Y desde el punto de vista político, Delgado no va a fallar a la hora de colaborar en la «nueva» Fiscalía que quiere Sánchez para afrontar cuestiones judiciales relativas a Cataluña , tales como el posicionamiento del Ministerio Público ante los huidos Puigdemont o Comin, el futuro de Junqueras, la posible desobediencia del Parlament a las resoluciones judiciales o incluso los indultos.
Atizada por la carrera judicial y fiscal por haber ignorado sus necesidades durante el tiempo que ha estado en el Ministerio y haberse dedicado casi exclusivamente durante su mandato a la memoria histórica , Delgado se había ganado el rechazo de ambos colectivos, que este sábado recibían con los brazos abiertos al exsecretario de Estado y diputado socialista Juan Carlos Campo .
Ministra polémica
Delgado vuelve a la Fiscalía, en esta ocasión en su cúspide, de donde procedía antes de asumir la cartera de Justicia ya que era fiscal de la Audiencia Nacional, donde ejerció durante veinticinco años, gran parte de ellos al frente del área de coordinación de la lucha contra el yihadismo.
Adalid de la lucha contra los crímenes contra la humanidad acusó entre otros al exmilitar argentino Adolfo Scilingo , condenado a 640 años de cárcel, pena posteriormente elevada a 1.084 años por el Tribunal Supremo en julio de 2007.
El 7 de junio de 2018 prometía el cargo como ministra de Justicia en el Gobierno de Pedro Sánchez surgido a resultas del triunfo de la moción de censura contra el entonces presidente del Ejecutivo del PP, Mariano Rajoy.
A finales de agosto de 2018 se vio cuestionada por la gestión de su departamento en relación a la defensa del magistrado del Tribunal Supremo, instructor de la causa por el proceso de independencia de Cataluña, Pablo Llarena, tras una demanda interpuesta en Bélgica contra él por el expresidente catalán Carles Puigdemont.
Poco después, se vio envuelta en un escándalo al negar una cita con el excomisario José Villarejo , en prisión por estar investigado por diversos delitos en la Audiencia Nacional. En uno de los audios desvelados por el digital Moncloa.com., Delgado llamaba presuntamente «maricón» al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska . Tras ello fue reprobada por el Senado y el Congreso pidió para ella su dimisión, que no se produjo.
En noviembre del 2018 también fue reprobada por el Congreso después de que la Abogacía del Estado sólo acusara de sedición a los procesados en el juicio del «procés», tras la destitución del abogado del Estado responsable de la acusación en la causa, Edmundo Bal -ahora en las filas de Ciudadanos-, que defendía, como la Fiscalía, el cargo de rebelión.
Su presencia como notaria mayor del Reino en los actos de exhumación de Francisco Franco el pasado 24 de octubre de 2019 ha sido uno de los últimos actos que le han ocupado durante esta legislatura.
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