Pedro Sánchez pide a la oposición «dejar la confrontación» en medio de abucheos en Cáceres
El presidente reclama a todos los partidos políticos respaldo para aprobar la reforma del sistema de pensiones
En las retransmisiones en directo se cuelan detalles que después difícilmente pueden ocultarse. Este jueves el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez , visitó el Hogar de Mayores de Navalmoral de la Mata, en la provincia de Cáceres, Extremadura. La Secretaría de Estado de Comunicación informó previamente de que allí realizaría una declaración institucional sin posibilidad de preguntas. Hasta aquí, lo que ya suele ser habitual, menos porque a La Moncloa se le atragantó un poco el ‘streaming’. Antes, después y durante, el presidente estuvo rodeado de un séquito de simpatizantes destinado a neutralizar mediante aplausos los abucheos de locales descontentos con su visita.
Los vituperios no fueron pocos; «¡Fuera, fuera, fuera!», le gritaban; aunque sus fieles hicieron bien su función. Al final, lo más llamativo de su intervención terminó siendo el duelo entre seguidores y críticos que se libraba por detrás más que lo que decía Sánchez.
El presidente reclamó el apoyo y la unidad de todos los partidos políticos, pero sobre todo del líder de la oposición, el Partido Popular, para aprobar en las próximas semanas en el Congreso de los Diputados la primera parte de la reforma del sistema de las pensiones que el Consejo de Ministros aprobó este martes. «Pido a la oposición que abandone la crispación y la confrontación y nos unamos todos para que salga adelante el importante acuerdo para las pensiones en el Congreso en unas semanas», explicó.
«¡Fuera, fuera, fuera!»
El Consejo de Ministros aprobó el martes en su primera reunión después del parón de verano el proyecto de ley de la reforma del sistema de pensiones. No obstante, aún queda por delante la tramitación parlamentaria , que está planteada para este otoño. Y la segunda parte se espera más complicada todavía. Como explicaron las páginas de ABC esta semana, el próximo día 13 los agentes sociales empiezan a negociar el nuevo mecanismo de ajuste , denominado de equidad intergeneracional. El resultado de su negociación se incluirá vía enmienda en el proyecto.
«Es susceptible de ser mejorado durante el trámite parlamentario», dijo el martes Isabel Rodríguez , portavoz del Gobierno. Una de las medidas que plantea el proyecto es volver a ligar la revalorización al IPC. El jefe del Ejecutivo lo recordó este jueves, e insistió en la necesidad de acuerdo entre los grupos políticos. El Gobierno no tiene garantías de lograr el apoyo de la Cámara, aunque el objetivo es que entre en vigor el 1 de enero del próximo año.
Sánchez estuvo acompañado también por el presidente socialista de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara , y la alcaldesa de la localidad, Raquel Medina . La declaración institucional la realizó en el parque municipal Casto Lozano. «Si estamos de acuerdo en que tenemos que reforzar el dialogo social entre los agentes sociales, sindicatos y empresarios; si lo estamos en que tenemos que revalorizar las pensiones conforme al IPC; si lo estamos en que tenemos que garantizar el sostenimiento presente y futuro de las pensiones; si estamos de acuerdo en todo eso y el Gobierno lo está, tienen que estarlo todos los grupos», continuó. Las críticas empezaron ya desde su paseo desde que salió del centro de mayores hasta el micrófono de pie que le esperaba en el parque. Aunque el equipo de audiovisual del Palacio de la Moncloa desactivó el sonido ambiente que se colaba mientras el presidente se acercaba al set improvisado -y de paso tapaban también los abucheos-, se pudo escuchar ya en ese primer momento algún «¡fuera de aquí!» o «¡traidor!» , que rápidamente era contestado con las palmas de los militantes socialistas que le acompañaban en comitiva.
Antes de su mensaje institucional, Sánchez aceptó unos ‘selfies’ con sus simpatizantes y chocó los cinco con unos niños . Durante toda su intervención, unos 10 minutos, se repitió esa dinámica de aplausos y abucheos.
«¡Fuera, fuera!», se iba colando de voces que sonaban un poco lejos, y cuando eso ocurría el grupo de seguidores que tenía en semicírculo detrás de él arrancaba a aplaudir y respondía más fuerte y se oía más cerca: «¡Presidente, presidente!» . Hubo un momento en el que un espontáneo indignado le gritó: «¡Fascista!», aunque ahí nadie respondió y el presidente siguió hablando sobre la pandemia, los avances en la vacunación, la recuperación económica y la reforma de las pensiones. Los suyos seguían aplaudiéndole. «Gracias, gracias», respondía Sánchez . Y una vez pidió sútil con las manos un poco de calma. Le habían cortado el hilo con tanto arranque de apoyo.