Pedro Sánchez, el presidente al que ahora no le gustan los debates electorales
El primer «cara a cara» presidencial (y televisado) de la democracia se celebró en 1993 y enfrentó a Felipe González y a José María Aznar. Un intercambio que no se volvió a repetir hasta 2008 y que desde ese año se celebra con cada convocatoria electoral
Aunque los modos han cambiado y se han introducido nuevas fórmulas como el debate a cuatro, que fue la opción elegida en 2016 (puesto que no hubo «cara a cara» entre los dos candidatos con más opciones de llegar al Gobierno)
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Hace cuarenta años España abrió las urnas y se celebraron las primeras elecciones generales de la democracia. Desde aquel 1979, cada cuatro años España convocaba elecciones con una liturgia que, a diferencia de otros países, apenas iba más allá de la campaña electoral o los actos a pie de calle con los militantes. Con el paso del tiempo, España comenzó a introducir, poco a poco, tradiciones y costumbres que ya habían aterrizado en otros países occidentales .
Para el país, y desde la llegada de la democracia en materia electoral, todo cambió en 1993. Ese año se televisó por primera vez un debate presidencial en España. El cara a cara entre Felipe González y José María Aznar se produjo el 24 de mayo de 1993 , una cita en la que, según ha relatado José María Carrascal para este diario , el mayor problema fueron los equipos de asesores de ambos políticos que «forcejearon por el último detalle».
Una tradición que hasta ahora se había mantenido en el tiempo y que, tras las últimas decisiones en la cúpula de Ferraz, podría cambiar de cara a este 28A. Según informa Víctor Ruiz de Almirón, en el PSOE no han decidido aún cómo va a participar Pedro Sánchez en los debates electorales o si lo va a hacer. Una posición que contrasta con las duras críticas que el ahora presidente del Gobierno vertió contra Mariano Rajoy por «no querer presentarse a debates».
Rajoy desprecia la democracia y desprecia a los españoles por no presentarse a los debates. No merece ser Presidente de Gobierno.
— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) 25 de noviembre de 2015
«Anomalía democrática» o «desprecio a la democracia» son algunas de las valoraciones que Sánchez hizo de la postura de Mariano Rajoy, quien participó en 2015 en un «cara a cara» con el líder del PSOE y el debate a cuatro (el único del año) de 2016, por no querer mantener un debate a dos con el entonces líder de la oposición antes del 26J. Las mismas críticas que él un día lanzó son las que desde la oposición le acachan al presidente en funciones que desdeña aclarar hoy si va a estar o no en los debates.
Anzar contra González, en el primer debate en TV
La noche del 24 de mayo del 93 se enfrentaron Felipe González y José María Aznar en un debate que sintonizaron casi 10 millones de personas. Manuel Campo Vidal moderó un «enfrentamiento» en el que todo había sido pactado con antelación. Un d uro intercambio de reproches en el que Aznar señaló los errores del Gobierno socialista -«paro, corrupción y despilfarro», indicó- y en el que González aguantó el envite aunque tanto los espectadores, como los cronistas de la época, dieron por ganador al candidato popular. «Ha sido un desastre», dijo González a decirle a su jefe de campaña, el exministro José María Maravall, según las informaciones publicadas tras el debate.
No fue único cruce entre los candidatos. Tras el debate en Antena 3, González y Aznar se vieron las caras en Telecinco el 1 de junio. En esta ocasión, el candidato popular mantuvo la misma actitud ofensiva y González optó por, esa vez sí, defenderse. El líder del PSOE llegó a aseverar que Aznar presentaba un programa «inviable» y aprovechó la ocasión para anunciar reformas en su Ejecutivo si ganaba las elecciones. Ni los debates, ni la estrategia elegida, fueron suficientes para que Aznar consiguiese la victoria en las urnas, pero sí evidenció el desgaste de la gestión de González que, a pesar de ganar las elecciones, no llegó a terminar la legislatura.
El debate presidencial, 15 años después
Aznar, que se había fogueado en los debates presidenciales, optó por no participar en ninguno en los años que concurrió a unas elecciones generales. Así, tuvieron que pasar quince años para que se celebrase un nuevo «cara a cara» , también moderado por Campo Vidal. El 15 de febrero de 2008, José Luis Rodríguez Zapatero , que aspiraba a conseguir su segunda victoria en las urnas, y Mariano Rajoy , líder en aquel momento de la oposición, protagonizaron un debate en el que venció el socialista.
Ambos políticos volvieron a enfrentarse en marzo de aquel año en un debate moderado por Olga Viza. De aquel encuentro, se recuerdan dos momentos. El primero, el cuento de la niña que Mariano Rajoy utilizó como metáfora para exponer cuál era su modelo de Gobierno. El segundo, el cierre del candidato socialista . Zapatero terminó su intervención con un «Buenas noches y buena suerte» en un guiño a la historia política de Estados Unidos puesto que era la despedida en su programa del periodista Ed Murrow , que fue perseguido por «la caza de brujas» contra personalidades afines al comunismo por el senador McCarthy. Más tarde Zapatero explicó que era una fórmula para llamar a la «libertad de expresión».
La victoria de Rajoy contra Rubalcaba
Mariano Rajoy volvió a protagonizar un debate presidencial en noviembre de 2011. El entonces presidente del Gobierno se encaró con Alfredo Pérez Rubalcaba , el candidato socialista, y se impuso a su rival en un choque marcado por la confrontación ideológica de dos candidatos con dos modelos de país diferentes que aspiraban a salvar la situación económica tras la gestión de Zapatero y el estadillo de la crisis.
Rajoy, que recurrió en numerosas ocasiones a las «insidias» para replicar durante el debate, llamó a Rubalcaba varias veces «señor Rodríguez» en una táctica por equiparar al entonces candidato socialista con su predecesor y Rubalcaba respondió acusando de «mentir» al presidente del Gobierno.
El primer debate a cuatro (y un «cara a cara»)
Las elecciones de 2015 marcaron la diferencia por muchos motivos. Por un lado, la necesidad de repetir los comicios por la aparición de nuevos partidos (Ciudadanos y Podemos) que dividieron el tablero político del país y la incapacidad de rubricar un acuerdo para formar Gobierno obligaron a repetir los comicios. Por otro, los modos en política, convulsos y frenéticos, también habían cambiado.
Bajo esas premisas, Mariano Rajoy (para quien era su cuarto «cara a cara») y Pedro Sánchez (que se estrenaba en el formato) se midieron en un debate que podría haber pasado a la historia como un choque entre dos candidatos sólidos hasta que Sánchez bajó al barro y atacó, de forma personal, a Rajoy. «Usted no es decente, señor Rajoy» , llegó a increpar el socialista al entonces presidente del Gobierno. «Es ruin y mezquino» , replicó el popular. Para los espectadores, el debate terminó en tablas con una ligera ventaja para el líder del PP.
El debate entre los líderes de los partidos mayoritarios llegó días después del primer debate a cuatro , donde por primara vez participaron Albert Rivera y Pablo Iglesias. En aquella ocasión, Soraya Sáenz de Santamaría sustituyó a Rajoy por una cuestión de agenda. «El tiempo del presidente no es de chicle», aclaró Pablo Casado , que en aquel momento era el vicesecretario de Comunicación del PP.
Los lectores de ABC.es eligieron a Iglesias como el vencedor del debate con el 46,9 % de los votos , seguido de Sáenz de Santamaría con el 30,6 %.
Rajoy, en el debate a cuatro de 2016
En junio de 2016 , antes de las elecciones del 26 de junio, se repitió el mismo modelo de debate a cuatro. Esta vez, sí acudió Mariano Rajoy y fue la primera vez que el popular participó en este formato. En 2015 declinó esta fórmula puesto que ni Ciudadanos ni Podemos habían conseguido representación parlamentaria. Lo que no se celebró en aquel año fue un «cara a cara» entre el presidente del Gobierno en funciones y el líder de la oposición.
Aquella noche, Rajoy salió indemne de un choque en el que sus rivales ni siquiera consiguieron imponerse al tratar la cuestión de la corrupción .
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