Pedro Sánchez evita tomar el control de la pandemia pese a describir un panorama sombrío
El presidente del Gobierno advierte de que la situación es grave. Pide disciplina social para limitar la movilidad pero renuncia a tomar medidas para garantizarlo y se limita a hacer un alegato en favor de la unidad
Pedro Sánchez anuncia el estado de alarma y toque de queda para toda España | En directo
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez , ha renunciado este viernes a tomar desde el Ejecutivo central medidas encaminadas a limitar la movilidad, especialmente en las horas nocturnas, y ha dejado la responsabildiad en las Comunidades Autónomas.
La comparecencia había suscitado una gran expectación por la posibilidad de que Sánchez asumiese el control de una segunda ola que se ha acelerado por la bajada de las temperaturas , y que el propio presidente ha presentado como «un panorama propicio» para la difusión del virus.
El Gobierno no ha anunciado ninguna decisión . Como marca el protocolo aprobado ayer, serán las regiones que alcancen el nivel 4 de alerta, riesgo extremo, las que deberán solicitar al Gobierno la aplicación del estado de alarma.
Pero por el momento el Gobierno no se mueve pese a que varios gobiernos autonómicos ya lo hacen y critican su contemplación de los acontecimientos. Sánchez, hoy, se ha limitado a hacer una apelación a los ciudadanos para extremar la prudencia ya que sigue identificándose «la reducción de la movilidad y los contactos entre personas» como la única receta contra el virus: «No hay otra solución», ha dicho.
Su intervención se produce después de que ayer no se alcanzase el consenso necesario en el Consejo Interterritorial de Salud para poder poner en marcha el toque de queda como forma de restringir la movilidad nocturna. Una falta de acuerdo que ha fomentado que las autonomías estén empezando actuar unilaterlamente .
La Comunidad Valenciana, Castilla y León y Andalucía han anticipado ya medidas para limitar la movilidad nocturna ante la falta de una respuesta armonizadora en toda España. La Comunidad de Madrid, donde este sábado decae el estado de alarma, ha anunciado también su propio plan .
Tras la reunión del cónclave entre el ministro de Sanidad, Salvador Illa , y los consejeros de Sanidad de las Comunidades Autónomas, la conclusión principal es que existía un fuerte consenso sobre que el llamado toque de queda, como forma de limitar la movilidad nocturna, desde el punto de vista sanitario. Pero que, sin embargo, eran motivos de índole jurídica y política lo que impedía la toma de decisiones en este sentido .
Ya el martes, el ministro Illa, supeditaba la puesta en marcha de esta medida a la necesidad de contar con el apoyo del PP. Porque el Gobierno entiende, lo dijo entonces el ministro de Sanidad, y lo repitió ayer, que es imprescindible aplicar el estado de alarma para poder decretar unas limitaciones de estas características . Y al entrar en escena el estado de alarma el Gobierno quiere tener cerrado el acuerdo con el PP para poder prorrogarlo en el Congreso de los Diputados dentro de la 15 días.
Pero en su intervención de esta mañana el presidente se ha limitado a no descartar la aplicación de esa figura. Es decir, ninguna novedad. Y pese a que España acumula una Incidencia Acumulada de 348 casos por 100.000 habitantes, que según el propio plan de actuaciones del Gobierno se considera riesgo extremo, se ha aferrado a la letra de ese plan aprobado ayer por el Gobierno y las Comunidades Autónomas: «La decisión de las medidas a adoptar será tomada por las Comunidades Autónomas» .
La comparecencia de esta mañana se ha limitado a realizar un alegato en favor de la unidad. Con referencias que recordaban a sus discursos de primavera, como las recuperadas referencias a la «moral de victoria». En el terreno práctico, Sánchez no ha aportado novedades. Aunque sí ha dejado claro que el objetivo es «evitar tener que volver a recurrir a un confinamiento domiciliario» . Pero, al mismo tiempo, se ha mostrado partidario de adoptar «las medidas necesarias» pero siempre pensando en hacer «el menor daño económico posible» y «las menores restricciones posibles para las libertades».
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