Pedro Sánchez acapara la política exterior y deja casi sin viajes al Rey

Mientras que Don Felipe lleva cuatro meses sin realizar una visita oficial, el presidente del Gobierno ha realizado 15 viajes al extranjero

La primera imagen difundida de Sánchez presidente con el Rey CASA DEL REY / Vídeo: Sánchez acapara los viajes internacionales en representación de España

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La vuelta al mundo en 127 días. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez , ya ha acumulado más de 53.000 kilómetros de vuelo (el perímetro de la Tierra es de 40.075 kilómetros) en los poco más de cuatro meses que lleva en el Gobierno. Ha viajado a Alemania, Costa Rica, Chile, Bolivia, Colombia, Canadá, Portugal, Bélgica, Francia, Canadá y Estados Unidos, y tiene previsto desplazarse antes de que acabe el año a Guatemala y Argentina y probablemente a Cuba. En general, han sido viajes de presentación para conocer y darse a conocer a los otros mandatarios, pero no han supuesto la firma de un solo acuerdo bilateral importante o la resolución de conflicto alguno.

Según la Constitución, el Rey «asume la más alta representación del Estado español en las relaciones internacionales», pero «el Gobierno dirige la política interior y exterior». A lo largo de la democracia, la mayoría de los presidentes han explotado al máximo el perfil diplomático de los Reyes en beneficio de la política exterior española.

Y es que los viajes de Don Juan Carlos y Doña Sofía, antes, y de Don Felipe y Doña Letizia , ahora, tienen mucha más repercusión en los países anfitriones que los de un presidente del Gobierno del que la mayoría de los ciudadanos no conocen ni su nombre. Por ello, los Reyes tienen lista de espera de invitaciones de países que aguardan su visita.

Fragilidad parlamentaria

El nuevo presidente del Gobierno, sin embargo, parece sentirse más cómodo en el exterior que afrontando los problemas internos derivados de su fragilidad parlamentaria (una vieja estrategia para sortear la presión mediática en España y, ya e paso, promocionarse por el mundo). Y, en lugar de compartir la representación internacional con el Rey, prácticamente ha preferido acaparar la política exterior. Lo cierto es que Don Felipe lleva cuatro meses sin realizar viajes oficiales . El último que hizo fue a Estados Unidos, cuando se reunió con Donald Trump, y fue organizado por el anterior Gobierno, el de Mariano Rajoy.

Curiosamente, el Rey mejor formado de la historia en relaciones internacionales y el que más experiencia tiene en política exterior, cada vez viaja a menos. En 2014 realizó once viajes oficiales, ocho en 2015, cinco en 2016, tres en 2017 y uno en 2018, según datos del Palacio de La Zarzuela. Esta disminución también se ha debido a los problemas internos de España, que requerían la presencia de Don Felipe, como fue el bloqueo político de 2016 y el grave desafío separatista de 2017. En cierta forma, es como si el Rey y el presidente del Gobierno se hubieran cambiado las agendas.

De momento, los únicos viajes que el Rey tiene programados para los próximos meses son: la Cumbre Iberoamericana de Guatemala (15 y 16 de noviembre), en la que le acompañará Sánchez; una visita oficial a un país iberoamericano que todavía se está preparando, y la asistencia a la toma de posesión del nuevo presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (1 de diciembre). Don Felipe dejó de acudir a estas ceremonias tras su proclamación y solo hizo una excepción para asistir a la del presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, pero en esta ocasión viajará a México al tratarse de un país clave para España.

Estos precedentes no significan que el Rey vaya a volver a asumir la representación en todas las tomas de posesión de los presidentes iberoamericanos, como hacía cuando era Príncipe de Asturias. De hecho, los distintos gobiernos suelen enviar a estas ceremonias representantes de distinto rango, en función de la importancia del país, de su salud democrática y de las relaciones bilaterales.

Tomas de posesión

Hasta ahora, Pedro Sánchez no ha mostrado un especial interés por realizar estos viajes en los que su protagonismo quedaría diluido, pues sería un jefe de Gobierno más entre muchos jefes de Estado. Además, tras la toma de posesión del presidente de México, llegará la de Brasil, que se celebra el 1 de enero: quien vaya deberá pasar la Nochevieja allí, como hizo Don Felipe varias veces siendo Príncipe de Asturias.

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