De las palabras a los hechos
Todos los esfuerzos de los abogados en las sesiones de ayer y hoy en el juicio han ido encaminados a restar credibilidad a los agentes de la Guardia Civil y de la Policía Nacional que fueron agredidos el 1 de octubre. Lo que han intentado es presentar los ataques que sufrieron como una respuesta a unos comportamientos pretendidamente violentos. Y también han querido relativizar esos testimonios de los policías con el argumento de que sus lesiones eran exageradas. Algunas de las preguntas de las defensas han tenido que ser interrumpidas por Marchena por su evidente mala fe. Resulta muy dudoso que el tribunal pueda creer que durante la consulta no hubo agresiones, insultos y vejaciones a unos agentes que intentaban cumplir una orden judicial. Pero lo más importante es que todos esos testimonios coinciden en que los independentistas crearon un clima de odio e intolerancia que contradice la filosofía pacifista que pregonan. Lo que estamos escuchando en el juicio desmiente esa coartada y evidencia el uso de una violencia de la que reniegan pero que utilizaron para lograr sus fines.