Curri Valenzuela
Pactos o elecciones
«Quiero el acuerdo y la única línea roja es que no firmemos nada que nos deje en ridículo». Fue la frase lacónica con la que Mariano Rajoy encargó a lo negociadores que había enviado a sellar con Ciudadanos el pacto que hizo posible su investidura. Tres meses después y ya reelegido, el presidente sigue repitiendo el mismo consejo a sus ministros para que cierren acuerdos sobre política social, Presupuestos, Educación o lo que se tercie con sindicatos y otros partidos. Está convencido de que lo logrará gracias al arma secreta de que dispone: convocar nuevas elecciones si le dejan solo.
Al Gobierno no le preocupa lo mas mínimo el aparente portazo de UGT y CCOO al diálogo social después de la reunión de sus secretarios generales con Rajoy el pasado jueves en La Moncloa que concluyó con el anuncio de Ignacio Fernández Toxo y José María Álvarez de que convocarán movilizaciones callejeras para mediados de diciembre. «Es lo normal que a comienzos de una Legislatura los sindicatos se pongan más duros, en especial ahora, que están, como toda la izquierda, mirando de reojo a Podemos», dicen en el entorno del presidente.
En Moncloa recuerdan que esas movilizaciones se quedarán en eso, sin convocator huelgas, y que los sindicatos seguirán participando en las mesas de negociación abiertas para tratar asuntos como la subida del salario mínimo y de las pensiones. Además, el Gobierno espera cerrar acuerdos con los agentes sociales sobre el contenido de los Presupuestos y deja abierta a los líderes sindicales de incorporar algunas de sus propuestas al borrador que finalmente envíe al Congreso.
Sobre esta cuestión se han producido ciertas tensiones del Gobierno con Ciudadanos en los últimos días. Albert Rivera anunció los nombres de los negociadores de los Presupuestos y en su partido hubo quejas de la descoordinación del Ejecutivo, con Luis de Guindos por un lado, Cristóbal Montoro por otro. El asunto se zanjó cuando Rajoy demostró que la negociación política de los Presupuestos la lleva él y en su defecto Soraya Sáenz de Santamaría, que el viernes se reunió con José Manuel Villegas, y que para los números están Montoro y Fátima Bañez.
La sustitución de la LOMCE por lo que salga de un pacto entre PP, PSOE y Ciudadanos en el plazo de seis meses y las reuniones, ya iniciadas, del Pacto de Toledo para establecer el futuro de las Pensiones son también decisiones de Rajoy que afronta con optimismo. Porque, como recuerdan en Moncloa, «si no nos dejan pactar, iremos a nuevas elecciones».