Pablo Llarena, premio Fundación Villacisneros
El magistrado fue galardonado por su defensa del Estado de Derecho
La Fundación Villacisneros entregó al magistrado del Tribunal Supremo Pablo Llarena su premio anual como muestra de reconocimiento y agradecimiento a su trabajo en defensa del Estado de Derecho . «Cuando pienso en Pablo Llarena se me vienen cuatro palabras: orgullo, respeto, admiración y agradecimiento», expuso María San Gil, vicepresidenta de la fundación, quien daba comienzo a la séptima edición del Premio Fundación Villacisneros recordando a las víctimas del terrorismo y del coronavirus con un minuto de silencio. Asimismo, San Gil insistió en que si el Estado de Derecho sigue siendo una realidad en España, es gracias al trabajo del juez Llarena.
A estas palabras se sumaron tanto la directora general de la fundación, Rocío Gómez-Pineda, como el presidente, Íñigo Gómez Pineda. Ambos no solo hicieron hincapié en la labor profesional del magistrado, reconociendo que a pesar de los ataques e insultos ha seguido adelante, sino también en la «cercanía, humildad y sencillez» que le caracterizan como persona. «Encarna integridad, tenacidad, imparcialidad y serenidad», recalcó Íñigo Gómez-Pineda. Brevemente, Rocío Gómez-Pineda se detuvo en el significado de la figura que conforma el premio, obra del escultor Víctor Ochoa, donde representa la «angustia de una persona secuestrada», símbolo de uno de los principales objetivos de la fundación: la protección de las víctimas del terrorismo .
Tras recoger el premio, Pablo Llanera manifestó que el respeto de la soberanía popular exige que los individuos se sometan al principio de legalidad . «Son los jueces y magistrados quienes estamos obligados a intervenir cuando se consuma cualquier transgresión de las normas que regulan nuestra convivencia», expuso. Además, el juez recalcó que «en un estado democrático cuando se produce una infracción del ordenamiento jurídico, la intervención del poder judicial está constitucional y legalmente impuesta».