El órdago de Torra evidencia su irrelevancia y la quiebra del independentismo

Pide a Sánchez una reunión para hablar de autodeterminación y obviando su ultimátum 24 horas después

El Gobierno le da largas para alejar el fantasma del adelanto electoral

El presidente de la Generalitat de Cataluña, Quim Torra junto al vicepresidente, Pere Aragonés

A medida que pasan los días, se acrecienta la fractura entre las formaciones independentistas con representación en el Parlamento de Cataluña. La división entre Junts per Catalunya (JpC), ERC y la CUP se hace evidente en todos los ámbitos, y la última prueba de ello es la soledad en la que ha quedado el presidente de la Generalitat, Quim Torra, a la hora de defender el ultimátum que él mismo lanzó el martes al Gobierno de España para que este fijara, en el plazo de un mes, los términos de la celebración de un referéndum de autodeterminación.

El desconcierto es tal, entre las tres formaciones secesionistas y en el seno de éstas, que incluso Torra obvió su órdago en la carta que envió, ayer, al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para concretar «en profundidad» los términos del referéndum. Torra invitó a Sánchez a una reunión en Barcelona, algo que ambos dirigentes habían acordado en su primer encuentro en julio en La Moncloa.

El Gobierno respondió el martes al ultimátum de Torra, pero dejó bastante claro que para ellos nada cambiaba en su estrategia de distensión en Cataluña. Pero a la vez se considera que «no es el momento» para cerrar una reunión con el presidente de la Generalitat . Desde la Presidencia del Gobierno se insistía ayer en esta idea, pero no se cerraba la puerta a poder celebrar ese encuentro más adelante.

Sánchez necesita ganar tiempo. Es consciente de su compleja situación en el Congreso, pero cree que puede hacer mella en un independentismo que radiografía dividido. «Vamos a ver en unos días cómo evolucionan las posiciones», resumía un miembro del Ejecutivo. La ministra de Política Territorial, Meritxell Batet, abundó en esa idea al cuestionar si Torra puede representar al independentismo. «Con esa declaración no sé a quién representaba exactamente» , apuntó Batet, que pidió a Torra que elija «si sigue representando a una minoría radical o se suma a ese diálogo fructífero».

Las palabras y ultimátum de Torra del martes, indicando que sin referéndum no habrá estabilidad del Ejecutivo en el Congreso, desentonaron hasta en ERC y PDECat. Aunque la misma noche del martes Sergi Sabrià (ERC) recordó que las decisiones de su partido en el Congreso las decidirá su grupo parlmentario, durante todo el día de ayer, en público y en privado, insistieron que el presidente de la Generalitat no les había consultado, si bien admitieron que habían tratado el asunto de que era conveniente enviar un mensaje al Gobierno para que moviera ficha y pasase de las palabras a los hechos. Fuentes de la dirección de ERC indicaron a ABC que no se desmarcan de Torra, pero que no quieren fijarse plazos y que, eso sí, consideran que «sería extraño que ERC apoyara los presupuestos del PSOE».

De la misma manera, la dirección del PDECat, según apuntaron fuentes de este partido a ABC, conocía que Torra iba a exigir a Sanchez «una propuesta rápida porque el tiempo apremia y hay que poner ya las bases sobre las cuales dialogar y negociar» un referéndum de independencia. Pero admitieron que «la contunencia del anuncio» del presidente autonómico les «sorprendió» porque «el ultimátum no casa muy bien ni con la serenidad que exige resolver conflictos de este tipo ni con algunos acuerdos a los que han llegado los dos gobiernos y que para concretarse requieren cierta estabilidad».

La divisón interna del PDECat se hizo evidente con las posiciones divergentes dentro del propio grupo en el Congreso. Mientras varios de sus diputados admitieron su sorpresa por el órdago de Torra, Miriam Nogueras, lugarteniente de Puigdemont, tuvo que poner orden en sus propias filas con un tuit en el que aseguró el «total apoyo» del partido al presidente catalán. «Como siempre hemos dicho, en Madrid haremos lo que nos pida el Govern de Cataluña» , aseveró tratando de camuflar la disputa interna con quienes mantienen posiciones más moderadas, incluido el portavoz parlamentario, Carles Campuzano.

ERCtambién puso pie en pared. «Los ultimátum los carga el diablo» , aseguró su portavoz adjunto en el Congreso, Gabriel Rufián, quien repitió lo manifestado el día antes por Sabrià recordando que su grupo tiene autonomía de voto y no responde a Torra. A esa grieta en el separatismo es a la que se aferra Moncloa para desmontar la amenaza del presidente de la Generalitat y alejar el adelanto electoral. Un escenario que los grupos independentistas, sin embargo, no descartan. Pero no lo fían tanto al referéndum sino al futuro judicial de los dirigentes presos por orquestar el golpe separatista de hace un año.

En todo caso, tanto los votos de los nueve diputados de ERCcomo los ocho del PDECat son vitales para que el Gobierno consiga aprobar los Presupuestos en el Congreso, evitar las urnas y alargar una legislatura que, en realidad, los nacionalistas no desean acortar. El Gobierno insiste en su idea de presentar los Presupuestos. Sigue siendo la prioridad de Sánchez. Convocar a las urnas solo si lo considera y no por obligación. Nadie en el PSOE plantea un adelanto electoral precipitado.

Así, sorprendió a todo el mundo, todavía más, que Torra en su misiva a Sánchez, fechada este miércoles y anunciada el martes, no hiciera mención alguna al ultimátum: « Es imprescindible que concretemos los términos del diálogo para que realmente tenga una función resolutiva del conflicto político. Debemos hablar de todo en profundidad. De su proyecto para Cataluña, y también del ejercicio del derecho a la autodeterminación. Es la solución que puede resolver el conflicto de forma sostenida y democrática. El pueblo de Cataluña merece una respuesta valiente y distinta a la que ha recibido hasta hoy».

Desconcierto en el Congreso y desasosiego en el Parlamento catalán entre separatistas. JpC y ERC discrepan a la hora de aplicar el auto del juez Pablo Llarena que suspende a los diputados acusados de rebelión. A este guirigay se suma la CUP. Los antisistema presentaron ayer una propuesta de resolución, para que se vote hoy, instando al Parlamento autonómico a validar todas las leyes aprobadas por esta Cámara relativas al derecho a la autodeterminación y suspendidas por el Tribunal Constitucional. El objetivo, ponerles en un aprieto .

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