Curri Valenzuela
Oposición tremendista
Carrera contra reloj entre senadores y diputados de izquierda radical para ganar el concurso al parlamentario mas tremendista de la XII Legislatura que se ha puesto a rodar esta semana. Difícil de predecir el ganador del concurso: se presentan Gabriel Rufián, Alberto Garzón, Iñigo Errejón, Ramón Espinar y Santiago Vidal , el juez, ahora senador de ERC, recién inhabilitado por redactar la constitución catalana independentista mientras ejercía de magistrado, todos ellos con preguntas dirigidas al presidente del Gobierno y sus principales ministros que más que objeto de control al Ejecutivo son descalificaciones a Mariano Rajoy y a quienes se sientan a su lado en el banco azul.
Por ahora va ganado Vidal, que ayer aprovechó su escaño para hablar de lo suyo y acusar al presidente de no respetar la separación de poderes, él, un senador que se niega a aceptar las decisiones del Tribunal Supremo. Hoy tenemos nuevos aspirantes a líderes del pim-pam-pum en la sesión de control del Congreso: el Podemita Errejón, que pregunta a Rajoy para exigirle que aumente el techo de gasto del Gobierno, su ahora compañero Garzón, que quiere que se incrementen los ingresos a todos los desempleados y Rufián, que habrá que escuchar el lenguaje que emplea para exigir a María Dolores de Cospedal que recorte el gasto militar de su departamento de Defensa. Kilos de demagogia condensados en pocos minutos sin calcular el coste de tantas peticiones porque lo que importa es acusar al PP de insensibilidad social, en busca de la simpatía de la calle: a ver quien es el guapo que no está de acuerdo en que los niños dejen de pasar hambre, las viejecitas puedan encender la calefacción o los pensionistas se quiten de la cabeza sus preocupaciones por si se vacía la hucha de la Seguridad Social.
El tremendismo de Podemos tiene efectos colaterales en el resto de los partidos de la oposición. El socialista, a quien parece que los de su izquierda le han robado sus tradicionales banderas de reclamar mayor gasto social y políticas más equitativas. Sus portavoces, Antonio Hernando en el Congreso, Vicente Álvarez Areces en el Senado, siguen en esa línea, con dificultades para que sus argumentos lleguen a la calle. Los de Podemos les roban los titulares. Ciudadanos anda en el difícil equilibrio de apoyar al Gobierno y criticarle de manera simultánea sin caer en el vacío de la nada. Un escenario del que sale beneficiado de manera evidente un Mariano Rajoy que se recrea en conquistar con sorna a los portavoces de esa izquierda radical echada al monte.