La obsesión de Rivera por definir el centro

El partido se define como liberal-progresista y aconfesional para alejarse del PSOE y del PP

Víctor Ruiz de Almirón

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Albert Rivera no recibió ayer ningún voto en contra al informe de gestión que presentó ante la Asamblea General de Ciudadanos . Su liderazgo no necesitaba ser reforzado, porque no es cuestionado. Pero ayer esa votación y la forma en la que sorteó las enmiendas, con los enmendantes aceptando el resultado sin quejas, significaron un espaldarazo para un líder que ha sufrido un fuerte desgaste dentro del ciclo electoral en el que la política de alianzas situó a Ciudadanos en el centro del debate y con la difícil tesitura de tener que decidir sin ser por otra parte decisivo.

Fueron 508 votos a favor, 15 abstenciones y ningún voto en contra, un buen reflejo de lo que es hoy Ciudadanos. La crítica frontal contra Albert Rivera y la dirección se ha demostrado éxotica, desestructurada y testiminal. Con esa realidad a sus espaldas, Rivera ha emprendido el rumbo de algo que le obsesionaba desde hace tiempo. No se trata solo de construir un partido, sino inventarse un espacio político .

¿Qué es eso de ser de centro? Rivera no acepta el centro-izquierda ni el centro-derecha como etiquetas para definir a Ciudadanos. Aquello de no ser «ni de izquierdas ni de derechas», tan habitualmente denostado por asociarse con una falta real de ideas, es lo que quiere hacer Ciudadanos.

Era el debate con más morbo de este cónclave naranja. Rivera trato de enmarcarlo en todo momento no como un viraje a la derecha, sino en la edificación de un nuevo espacio político. Lo expresó con inusual claridad el portavoz del partido en la Asamblea de Madrid, Ignacio Aguado. Planteó que el debate debía girar en torno a la necesidad de «seguir perfilando qué es el centro político» . Y dejó muy clara su postura respecto a la supresión de la referencia al socialismo democrático del ideario del partido: «La socialdemocracia a día de hoy es una ideología superada».

Quienes conocen bien a Rivera siempre han confesado que l e molesta y le obsesiona erradicar el concepto de «muleta», «bisagra» y especialmente el de «marca blanca del PP» . En definitiva, su objetivo es poder empezar a responder con claridad a la pregunta qué es y qué defiende Ciudadanos, con el objetivo de consolidar y ampliar su electorado más allá de ser un receptor del desencanto con los partidos tradicionales.

Equilibrios en el ideario

Para ir dotando de contenido a ese espacio, Rivera buscó ayer durante el debate de las enmiendas un equilibrio en los términos. Ante la percepción oficial de que el partido gira a la derecha abandonando la referencia al socialismo democrático, la dirección incorporó al ideario del partido el concepto de solidaridad. Además, aprovechando una enmienda que pedía incorporar la laicidad al ideario, se realizó una transacción para incorporar la aconfesionalidad a su ideario.

Rivera lleva días trasladando tratando de hacer calar el mensaje de la diferenciación con el PP. En sus comparecencias públicas se refiere a los populares como «conservadores» y ayer insistió en mantenerse equidistante entre una y otra ideología: «El centro político español no es socialista ni conservador. El partido tiene que seguir en el centro, no puede irse ni a la derecha ni a la izquierda». Rivera insistió en definirse como progresista «para ganar a los conservadores» pero a la vez «que seamos menos intervencionistas que el PSOE». Rivera busca su espacio entre la polarización política, atendiendo a la crisis de la socialdemocracia y tratando de encontrar una identidad diferenciada del PP.

La obsesión de Rivera por definir el centro

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación