El «núcleo productor» tenía dos laboratorios para los explosivos

Utilizaron a empresarios para que compraran sustancias restringidas

En la imagen, uno de los laboratorios de los CDR EFE

«Estoy en el laboratorio», le dice Jordi Ros , uno de los nueve CDR detenidos, a su pareja en una conversación el pasado 6 de agosto. El laboratorio era la casa de sus padres, en Sabadell; esa semana estaban de vacaciones en la Costa Brava. En esa vivienda Ros manipuló sustancias químicas con la finalidad de conseguir termita , cloratita nitrocelulosa, ácido pícrico, etc. Ahí llevó a cabo los ensayos a pequeña escala para obtener sustancias explosivas. Pero tenían otro: el segundo «laboratorio clandestino» era el domicilio habitual de Alexis Codina , también arrestado, en la localidad de Sant Fost de Campsentelles. En esa casa el «núcleo productor» formado por los dos citados más Germinal Tomás realizó los experimentos a mayor escala para producir los explosivos.

Esta es una de las conclusiones de la Guardia Civil, asumida por el juez, que siguió desde mediados de julio la actividad incesante de esta célula «productora» –hay otra ejecutora– mientras adquiría sustancias químicas, precursores de explosivos y materiales incendiarios: desde pilas hasta ácidos, nitratos, amoniaco, virutas de hierro, canicas o 200 kilos de parafina . Los agentes intervinieron varios días la basura del contenedor más próximo a las viviendas y recuperaron evidencias de esos ensayos.

En la imagen, Jordi Ros, uno de los detenidos. Ambas fotos son en la vivienda del detenido Alexis Codina en San Fost de Campsentelles EFE

Dado que muchas de estas sustancias tienen una venta muy restringida y limitada a actividades profesionales e industriales, Jordi Ros buscó una cobertura legal pidiendo favores a empresarios que sí podían adquirirlas. Todas esas conversaciones constan en el sumario. El 25 de julio, por ejemplo, Ros necesitaba comprar 25 litros de ácido sulfúrico y nítrico. Llamó a un conocido porque le pedían el NIF en un establecimiento de Terrasa. «Dile que es para mí, dile que es para PLX», le responde. Ya lo había hecho antes. Ros compró formol, una báscula de precisión, unos jabones especiales, amoniaco y productos de laboratorio...

Pruebas por la noche

Los investigadores dejan claro que los «productores» sabían que era una actividad clandestina y aportan elementos: tomaban medidas de seguridad apagando el móvil antes de ir al «laboratorio» ; no hablaban de las compras por teléfono; elegían esas casas con ubicación discreta y hacían las pruebas por la noche y la madrugada cuando los niños estaban acostados. Además elaboraron un informe sobre las posibilidades de fabricar explosivos con las sustancias que compraron, detallando una a una. Encontraron similitudes con manuales como el «Manual de cocina del anarquista» .

El juez en uno de sus últimos autos antes de las detenciones afirma que los miembros del grupo están en un «avanzado estadio respecto a la confección de materiales explosivos y/o incendiarios» y se refiere a la similitud de técnicas y procedimientos con ETA o Terra Lliure.

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