Curri Valenzuela
La novia era otra
Como el novio forzado a un matrimonio de conveniencia acordado por sus mayores, aunque él hubiera preferido a esa chica de su barrio que le hacía tilín. Así se presentó Pedro Sánchez en el hemiciclo para leer muchos de los folios pactados con Albert Rivera a los que añadió algunos guiños de su cosecha para que Pablo Iglesias se avenga a desempeñar el papel de la otra sin sentirse despechado.
Y todo «pa ná, pa ná…», como se comenta en la calle del paripé de un candidato a presidente de Gobierno al que se le nota que tiene asumido que no va a ser presidente del Gobierno la próxima semana porque PP y Podemos le van a dar la espalda hoy y otra vez pasado mañana y a partir entonces estaremos en las mismas que ayer, sin tener ni idea de quienes acabarán siendo novio y novia del enlace que alguna vez tendrá lugar aunque no sabemos cuando.
Como Sánchez no se va a casar con nadie en estos días, se pudo permitir muchos brindis al sol para contentar a su parroquia y así conseguir que por lo menos le permitan seguir siendo secretario general como premio a intentar lo: Despreció a Rajoy, mandó un par de besos a Rivera, se disculpó por no ser capaz de llevar a cabo el maridaje ideológico que le habría llevado a La Moncloa y recordó mucho a aquel Zapatero que prometía gastar por aquí, gastar por allá y zafarse de comprometer un euro en ninguno de sus proyectos.
Tanto quería agradar a todos que se olvidó de mencionar el acuerdo que ha firmado con Ciudadanos para suprimir las diputaciones y tanto deseaba no molestar a nadie que no fuera del PP que nunca mencionó la unidad de España.
Como Sánchez no se va a casar con nadie en estos días, se pudo permitir muchos brindis al sol para contentar a su parroquia y así conseguir que por lo menos le permitan seguir siendo secretario general como premio a intentarlo. Tanto quería agradar a todos que se olvidó de mencionar el acuerdo que ha firmado con Ciudadanos para suprimir las diputaciones y tanto deseaba no molestar a nadie que no fuera del PP que nunca mencionó la unidad de España.
Lo mejor de Pedro Sánchez: Ganarse el aplauso de los suyos
Lo peor: No mencionar la unidad de España
Nota: 4.
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