Nóos y las cuatro estaciones

Los 17 acusados en esta causa han vuelto a estar presentes en la vista oral tras tres meses de ausencia

Josep María Aguiló

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Los 17 acusados del caso Nóos estuvieron presentes por vez primera en Palma el pasado 11 de enero , en el inicio del juicio. En realidad eran 18 inicialmente, pero uno de ellos, Miguel Tejeiro, quedó finalmente fuera de la vista oral tras retirarle Manos Limpias la acusación. Todavía hoy debe de estar celebrándolo. La expectación mediática fue máxima aquel día, con centenares de medios acreditados, procedentes de todo el mundo. Fue el gran asunto informativo de la jornada. Recién había empezado el invierno. En nuestro país había un gobierno en funciones.

Tras un paréntesis de casi un mes, el juicio se reanudó el 9 de febrero , de nuevo con la presencia de todos los acusados. Y de casi todos los medios. Las declaraciones de los acusados se prolongaron por espacio de casi cuatro semanas. Algunos días, el juicio continuaba abriendo webs y noticiarios, pero a menudo tenía que competir con informaciones de posibles pactos o de futuros gobiernos. Al parecer, Pablo Iglesias no era todavía socialdemócrata.

En aquellas fechas, poco a poco nos fuimos familiarizando con la pelota antiestrés de Mercedes Coghen , los caramelos dietéticos de Salvador Trinxet , las gafas amarillas de Iñaki Urdangarín o el ordenador portátil de Diego Torres . La última declaración, la de Doña Cristina , se produjo el 3 de marzo. De nuevo las ediciones digitales dieron una prioridad casi absoluta al caso Nóos. Se empezaba a vislumbrar ya la llegada de la primavera. En nuestro país aún había un gobierno en funciones.

Pasaron tres meses más. Durante ese periodo de tiempo se sucedieron las comparecencias de los testigos y de los peritos, las declaraciones de Virginia López Negrete , los fallos del sistema de videoconferencia, las amenas disquisiciones técnico-jurídico-económico-tributarias, las advertencias a Manuel González Peeters , los recesos más o menos largos del tribunal, las tensiones entre acusaciones y defensas, los enfados de Samantha Romero y las lamentaciones de los abnegados periodistas que siguen cada día el juicio. Al parecer, Pablo Iglesias no era todavía socialdemócrata.

Este viernes, 10 de junio, los 17 acusados han vuelto de nuevo a la Sala donde se celebra la vista oral, para escuchar las conclusiones finales de las acusaciones. En esta ocasión, Manos Limpias no ha dado motivos de celebración a nadie, o no al menos a los principales acusados. La expectación mediática ha vuelto a ser relevante, pero sensiblemente menor que en otras ocasiones. Estos días parece que estamos más pendientes de las elecciones, del zika o de la Eurocopa, aunque no necesariamente por ese orden. Se percibe ya la inminencia del verano. En nuestro país aún hay un gobierno en funciones.

Tras el próximo martes, los 17 acusados ya sólo tendrán que volver una vez más, a finales de junio, para ejercer su derecho a la última palabra, casi en las mismas fechas en que los españoles podrán ejercer su derecho al voto, que esperemos que no sea el último. Recién habrá empezado el estío . Una vez concluida la vista oral, pasarán varios meses hasta que conozcamos la sentencia, que en principio se daría a conocer bien entrado ya el otoño o a principios del invierno. Así, habrá pasado todo un año desde el inicio del juicio hasta su esperado desenlace. Para entonces, es posible que aún haya un gobierno en funciones o que Pablo Iglesias no sea todavía socialdemócrata.

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