Curri Valenzuela

No es lo mismo 120 que 140

Hasta en el PP reconocen que la primera variante a tener en cuenta para adivinar dentro de una semana quien va a gobernar es la del número de escaños que su formación consiga

Gobierno de Mariano Rajoy y su equipo habitual; gobierno de Rajoy con otras caras que le gusten más a Albert Rivera; gobierno del PP sin Rajoy apoyado por Ciudadanos; tripartito presidido por Pedro Sánchez con Ciudadanos y Podemos; gobierno de Rivera con el PSOE y el voto a favor de Podemos. Gran coalición de PP y PSOE.

Estas son todas las combinaciones posibles según los resultados de las últimas encuestas que permite la Ley publicar entre hoy y mañana. Un final de campaña de infarto que a menos que se produzca un terremoto de última hora va a provocar una situación inédita en la democracia española.

Ningún sondeo deja dudas de que el PP ganará las elecciones del próximo domingo, pero todos le ven lejos de alcanzar los 153 escaños que obtuvo José María Aznar en 1996, la única ocasión en la que se generaron dudas de quien gobernaría tras unas elecciones generales. La incertidumbre duró poco: a las pocas semanas Jordi Pujol se avino a firmar un pacto de Legislatura, de acuerdo con la costumbre existente entonces de que los nacionalistas hicieran de comodín entre el bipartidismo imperante. Ahora la situación es muy diferente.

Hasta en el PP reconocen que la primera variante a tener en cuenta para adivinar dentro de una semana quien va a gobernar es la del número de escaños que su formación consiga. «No es lo mismo 120 que 140», señala un destacado ministro. Se supone que si Rajoy llega a los 140 -cosa que no descartan los responsables de su campaña- podría formar Gobierno con el apoyo externo de Ciudadanos. Porque la segunda derivada de ese número mágico es la de que cuanto más suba el PP más bajará Rivera, lo que dejaría a este como tercera fuerza, con pocas posibilidades de ser decisivo.

Si Rajoy se queda en los 120, Ciudadanos podría captar suficientes votos de centro derecha como para imponer duras condiciones al actual presidente si quiere repetir. En las sesiones de política de salón inevitables estos días en comidas y cenas de los mentideros madrileños se desatan las imaginaciones para crear combinaciones con muchas variables. Las más frecuentes no apuntan a ese tripartito anti-PP que tanto asusta a este partido. Más bien se centran en colocar a Rivera en La Moncloa gracias a un PSOE venido tan a menos que no tenga más remedio que claudicar.

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