Navidades en casa de la familia Torres-Tejeiro
Las declaraciones de los hermanos Tejeiro en el juicio del caso Nóos evidencian un distanciamiento total con su cuñado Diego Torres
![El exsocio de Iñaki Urdangarin, Diego Torres](https://s1.abcstatics.com/media/espana/2016/03/10/diego-torres-ok--620x349.jpg)
Las Navidades no suelen ser un buen momento para las reuniones familiares, porque a menudo nos ponemos a discutir con vehemencia casi por cualquier cosa, ya sea por la política, por el fútbol o por los viejos agravios parentales. Los resquemores que se han ido incubando poco a poco a lo largo de todo un año, finalmente suelen hacer su virulenta aparición en la cena de Nochebuena, durante los largos descansos digestivos entre un plato y otro. Las tensiones familiares larvadas que vienen de lejos nunca son buenas, aunque no estemos en Navidad, como estamos pudiendo comprobar estos días en algunas comparecencias en el juicio del caso Nóos.
Hasta hace unos años, las discusiones familiares solían ser siempre sólo a dos bandas, porque se era de derechas o de izquierdas, de la abuela o del abuelo, del Madrid o del Barça. Pero ahora es todo mucho más complicado, porque hoy se puede ser también de Ciudadanos o de Podemos —o de alguno de sus innumerables grupos disidentes—, de la última pareja de papá o de mamá, o de muchos otros equipos de fútbol. Además, en la actualidad rara es la familia más o menos relevante o de un cierto nivel que no tiene en su seno a uno, dos o más imputados, lo que obliga a los integrantes no encausados a tomar partido por uno de ellos, por varios o tal vez por ninguno.
Teniendo en cuenta ese poco alentador contexto previo, no resulta demasiado difícil imaginar cómo podrían ser las próximas Navidades en la casa del matrimonio conformado por Diego Torres y Ana María Tejeiro . Tras las declaraciones ante el tribunal de Marco Antonio, Luis y Miguel Tejeiro, las futuras discusiones familiares, de haberlas, seguramente no girarán en torno a la política o al fútbol. Lo más probable es que esas disputas se centren sobre todo en intentar aclarar definitivamente el pago de algunas facturas, la toma de decisiones en el pasado o la supervisión de determinados correos electrónicos. Lo normal cuando una familia española se dedica por entero a los grandes eventos y a la consultoría.
En el caso del resto de encausados en este proceso judicial, las discusiones navideñas versarán posiblemente sobre otros asuntos. Por ejemplo, sobre cómo intentar administrar algo mejor los propios fondos y los ajenos o sobre cómo conseguir controlar más ajustadamente el pago realizado a través de las tarjetas de crédito. Como pueden ver, en el fondo se trata de dos preocupaciones relativamente habituales en casi cualquier familia media española.
Las preocupaciones de Diego Torres se intuyen, en cambio, algo mayores que las de los demás acusados. De hecho, es posible que dentro de unos meses ni siquiera tenga un mínimo de liquidez para poder hacer los regalos de Navidad, salvo que el buen juez Castro —cual nuevo Papá Noel— acceda una vez más a desbloquear la cuenta de Torres en Luxemburgo. Lo que sí es casi seguro es que, como mínimo, el exsocio de Iñaki Urdangarín tomará nota de todo lo que se diga en las distintas celebraciones navideñas y que además levantará acta de cada encuentro. Aunque sólo sea por precaución.
De momento, Torres ya ha podido comprobar personalmente que, como dice un sabio refrán, no hay peor cuña que la del mismo árbol.
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