La muerte de un bañista en Sanxenxo pone en evidencia el peligro de la falta de balizas fuera de temporada
En la localidad gallega de Sanxenxo, Pontevedra, un hombre murió el viernes santo tras ser...
En la localidad gallega de Sanxenxo, Pontevedra, un hombre murió el viernes santo tras ser arrollado por un barco que navegaba en una zona de baño. En verano el lugar está vigilado por socorristas y se colocan boyas para delimitar el acceso de embarcaciones. Sin embargo, en estos días de Semana Santa, a pesar de la afluencia de gente, no existen esas medidas de seguridad.Días de fiesta y sol son días en los que las aguas de la playa de Silgar invitan al baño. Pero encierran, al tiempo, un peligro. Es Semana Santa aún, y los socorristas, y las boyas y balizas que ordenan el tráfico de embarcaciones y bañistas no llegan hasta mayo. En su ausencia, Sanxenxo fue escenario el viernes de un fatal accidente. Un hombre de 59 años murió arrollado por un barco. La normativa general obliga a las embarcaciones a no acercarse a más de 200 metros de la costa y, de hacerlo, a no superar los tres nudos de velocidad.La investigación en marcha determinará si en el caso se cumplían estas exigencias. Si el barco estaba demasiado cerca, el bañista demasiado lejos, y hasta qué punto la falta de referencias, las mareas o la fatalidad influyeron en el suceso. Pero incluso antes de que se aclaren esos detalles, la muerte de este viernes deja una alerta sobre el peligro añadido y evidente que se da en playas como la de Sanxenso en ese tiempo que llamamos de "fuera de temporada".