Muere Arturo Suqué, origen de la trama corrupta del clan Pujol
Fundador de Casinos de Cataluña, su destino empresarial estuvo unido a Convergència
Arturo ‘Popi’ Suqué pensó que casándose con la hija de Miguel ‘dels ferros’ Mateu – primer alcalde franquista de Barcelona (1939-1945), presidente de La Caixa (1940-1972) y presidente de Fomento del Trabajo Nacional (1952-1972)– heredaría una gran fortuna pero no sabía que el testamento estaba colapsado de enormes deudas. Banesto, el banco de referencia de aquellos tiempos, no quiso ayudarle, pero Mariano Calviño , ilustre falangista, diputado en Cortes consejero de la entidad, se apiadó de él y le pidió al más importante empresario de aquellos años en Barcelona que se ocupara de rescatarle.
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El empresario le dejó dinero de su bolsillo para que Popi convenciera a un diputado del Ministerio de la Gobernación de que le hiciera la concesión de dos casinos. Así se arreglaban las cosas en España y no hace tantos años. Y no nos fue mal, aunque ahora tratemos de hacer ver lo contrario . Un tercer casino se lo compró al empresario Tallada de Lloret antes de que entrara en Barcelona. Venía en su coche de Madrid con la licencia en la mano. Hombre de pueblo, buena gente y no se fiaba de nadie.
Pujol y Prenafeta
Quedaron para cenar en un restaurante de aquella época, llamado Dom, en Esplugas, en el principal acceso a la ciudad cuando se llega de Gerona. Suqué le entregó una maleta con la suma pactada en efectivo. Ya tenía tres casinos y con esta capacidad operativa, estuvo en disposición de crear Casinos de Cataluña. El entonces presidente Pujol y su secretario general de la Presidencia, Lluís Prenafeta , decidieron concederle las correspondientes licencias y de momento no le pidieron nada a cambio.
El mencionado empresario le ayudó no sólo a hacerlo posible sino que le creó la estructura empresarial para que pudiera explotar el negocio a través de la empresa Inverama. Popi, que esperaba vivir de la herencia de su suegro, se puso a trabajar en serio y a levantar su propia fortuna. Su esposa Carmen se convirtió en la más alta representación de la vida social barcelonesa.
Y al cabo de dos años, cuando las cosas empezaron a funcionar en Casinos, Suqué recibió la visita de Júnior, el primogénito del presidente Pujol, y de su entonces inseparable amigo, Carles Vilarrubí. Vilarrubí, que había sido el chófer de Pujol durante su primera campaña electoral, fue secretario general y director adjunto de Catalunya Ràdio entre 1983 y 1986, y sobre todo socio de Júnior en los negocios que el hijo hizo aprovechándose de la intimidación del padre.
Para entender a Vilarrubí hay que saber que un día llegó a casa y le dijo a su esposa: «Yo a ti te quiero mucho y te agradezco el tiempo que hemos compartido . Pero Sol Daurella se ha enamorado de mí y tú tienes que entender que yo no puedo desaprovechar esta oportunidad única en mi vida». Sol Daurella es la señora Coca-Cola en España, y en media Europa.
La devolución del favor
Y así el chófer del padre y el hijo del que manda se fueron a ver a Popi, que ya sabía que tarde o temprano iba a tener que devolver el favor. Lo que no podía imaginar es que la mecánica sería tan extractiva y descarnada. De la nueva empresa de loterías y apuestas que estaba creando le exigieron que les diera un 17%, pero no de comisiones de las ganancias , sino de las acciones, y pactaron un precio para tal transacción muy por debajo del mercado. Pero a pesar de ello, Vilarrubí y Júnior nunca lo abonaron, ni cuando pudieron retirar ya, al cabo de poco tiempo, unas muy cuantiosas ganancias. Con este 17% crearon una compañía con Manolo Prado y Colón de Carvajal y unos socios americanos. Vilarrubí era el consejero delegado, y Juan Antonio Sànchez Carreté, asesor fiscal de la familia de Pujol, quedó de contable.
Cuando los dos amigos dejaron de llevarse bien, y el negocio de las loterías no era ya tan boyante, volvieron a visitar a Popi exigiéndole que les comprara, a un precio que ya no tenían en el mercado, las acciones que ellos nunca habían pagado. Además, dejaron a Sànchez Carreté de contable de Casinos de Cataluña, para poder cobrar comisiones de la casa madre. Popi no se atrevió a echarlo porque a fin de cuentas las licencias de juego dependían y dependen de la Generalitat.
Con los años Artur Suqué hizo cosas positivas para la sociedad catalana, como impulsar el Círculo de Economía junto con Carlos Ferrer Salat, Carlos Güell y Joan Mas Cantí; así como la creación del Festival de Peralada. Además, ganó mucho dinero invirtiendo en una empresa gallega de plásticos. Su relación con los Pujol le comportó problemas legales y le acusaron de haber pagad o 1.000 millones de comisiones a cambio de concesiones. Su abogado, Juan Piqué Vidal, durmió el caso hasta su que prescribió y aunque la sentencia recoge los hechos, Popi se salvó de tener que asumir ninguna responsabilidad.
Suqué fue el empresario con que el pujolismo fundó la era de mayor corrupción en Cataluña, y también la de crecimiento político, económico y social. Con él muere la persona, bondadosa, trabajadora y buen padre de sus hijos, pero la Cataluña corrupta, irracional, podrida de excusas patrióticas para justificar los más inconcebibles delitos políticos, económicos y fiscales, continúa más vigente que nunca y con la gravedad añadida de que estas cosas hoy no producen ya ningún escándalo.