Curri Valenzuela - Chispas

Muchas broncas, pocas leyes

Curri Valenzuela

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El Congreso de los Diputados ha echado el cierre por vacaciones cuando se cumple un año exacto de que se pusiera en marcha la XII legislatura, y el balance es de poco trabajo, mucha bronca y un saldo favorable al Gobierno, que ha conseguido en una situación de precaria minoría que se le convaliden 18 decretos ley y, lo mas importante, impedir que se derogue ninguna de las leyes reformistas que puso en marcha la legislatura anterior. Por primera vez en muchos años, ni siquiera está prevista una sola reunión de la Diputación Permanente, la que sustituye al Pleno cuando este no se encuentra en periodo de sesiones, de aquí a mediados de septiembre. No hay temas importantes que tratar. Aprobado el techo de gasto, no se esperan iniciativas del Gobierno hasta que envíe los Presupuestos del 2018 a finales de septiembre. Los ministros ya han aprendido a presentarse a declarar a petición propia antes de que les llamen. El último, Luis de Guindos , cerrará el turno la próxima semana con una comparecencia ante la Comisión de Economía.

Broncas las ha habido este año para todos los gustos. Y una actitud de Podemos hacia lo que hasta hace muy poco se consideró el protocolo parlamentario y sigue siendo la norma en el resto de los países democráticos. Hace solo dos legislaturas que el entonces presidente, José Bono , dictó unas normas sobre la correcta vestimenta exigible a los periodistas que, de aplicarse a los diputados, impediría que muchos de ellos entraran ahora en el hemiciclo. Camisetas con slogans reivindicativos, señorías de cabelleras en rastas y una costumbre de los podemitas de sacar el bocata de la mochila para merendar en el escaño son algunas de las costumbres que la presidenta actual, Ana Pastor , lleva con buen humor, aunque siempre dispuesta a mantener el principio de autoridad para controlar a la tropa.

Desde el arranque de la legislatura, han cambiado muchas cosas. Pablo Iglesias ya lleva chaqueta y su grupo se está institucionalizando a base de amoldarse a las reglas del juego parlamentario. Cs sigue azotando al PP por la corrupción, pero ya no hay dudas de su apoyo en los temas económicos. El grupo socialista está destrozado, con dos tercios de sus diputados sin aceptar las órdenes de lo que tienen que votar. Y el Gobierno, con la satisfacción de comprobar no solo que ha cumplido un año, sino que le va a ser posible manejarse en semejante precariedad otros tres más.

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