Morate decidió huir de España por lo «mal» que enterró a las chicas

La novia de su amigo rumano declara que les confesó que había matado a Marina

Morate, a punto de entrar en la Audiencia de Cuenca en el tercer día de juicio EFE
Cruz Morcillo

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Sergio Morate al tercer día se cambió de ropa. Sustituyó un chándal gris y negro por otro casi del mismo tono manteniendo sudadera con capucha para entrar y salir del furgón de la Guardia Civil sin ver a nadie y sin que le vean. Miró de soslayo, con el aparente desinterés de las dos jornadas anteriores, al policía de Homicidios que se convirtió en su confidente por unas horas y que detalló todo lo que le había confiado el acusado a su llegada a España el 5 de septiembre de 2015. Su relato coincidió punto por punto con el que había contado el jefe de la Brigada de Policía Judicial la tarde anterior pues los dos pasaron juntos aquellas horas iniciales de Morate en nuestro país , aunque aportó más datos. Casi todos esos detalles abundaron en la extraña mezcla de premeditación y azar que se llevó por delante las vidas de Marina Okarynska (24 años) y Laura del Hoyo (26).

La idea de abandonar España no le vino a la cabeza a Morate hasta que no vio «lo mal» que había hecho los enterramientos. «Hice un hoyo de mierda y tuve agujetas durante una semana», declaró el policía que le había dicho el acusado. La razón es que había preparado una tumba solo para Marina y al aparecer Laura y asesinarla también tuvo que deshacerse de los dos cadáveres.Era un terreno de piedras donde el pico no avanzaba, según precisó el martes el jefe de Judicial de Cuenca.

Le dije que no subieran

Para Morate fue un « contratiempo » que su exnovia fuera a la casa de con su amiga. «Cuando Marina me dijo que venía con Laura, le dije que no subiera. Le dije que fuéramos a tomar un café, pero ella quería acabar con la historia. Me dijo que les abriera la puerta. Cuando pasaron, eché la llave...», le confesó al agente en una de las charlas que mantuvieron.

«El cuerpo de Marina estaba debajo del de Laura . Cuando se retira el cuerpo de Laura, se observa que tiene una brida cortada en la parte del cuello, enredada en el pelo», explicó el agente de la Sección de Homicidios de la Comisaría General de Policía Judicial. La razón de que Morate se abriera a él y lo convirtiera casi en un confidente es que la madre de Sergio, María Jesús Garcés, le había hablado de ese policía de casi dos metros y con acento andaluz. Fue el encargado en aquellos días complicados de acompañarla, tuvo muchas conversaciones con ella y le narró una «cronología» de la relación de su hijo y Marina.

Morate huyó tras su chapuza, pero antes ya había comenzado a sentir «inseguridad» porque alguien más podía estar al tanto de lo que había hecho. Se refería a Alexander Echeverri , su amigo colombiano, que se presentó en la casa porque ambos iban a ir a un concierto.«Cuando él llegó, pensé que tendría todo solucionado, pero me llevó más tiempo de lo previsto. Le dije que subiera al piso, le dije que tenía allí a Marina y él me dijo que no quería saber nada de la historia, que se iba», contó el policía que le reveló el acusado.

El plan de huida fue tomando forma y le llevó a la casa del tercero del trío carcelero que se conoció en la prisión de Cuenca: el rumano Istvan Horvath . Este tampoco declaró ayer; se ha ido a vivir a Alemania y no se le localiza. Su novia sí lo hizo, por videoconferencia. Reconoció que Morate les contó que había matado a Marina al llegar a Rumania pero negó que les hablara de la brida o lazo. Su pareja aseguró que contó esos detalles obligado por la Policía rumana y española.

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