La Moncloa confía en Torrent y no ve probable nuevas elecciones

Aumenta el optimismo después de quedar desactivado Carles Puigdemont

Mariano Rajoy, el pasado viernes, en el aniversario del aeropuerto de Alicante EFE
Mariano Calleja

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El desafío independentista ha tenido muchos días «históricos», pero esta semana puede marcarse como un punto de inflexión en el culebrón de Carles Puigdemont. El Tribunal Constitucional desactivó su candidatura a la Generalitat, y el presidente Parlamento autonómico, Roger Torrent , aceptó la resolución y la vía legal, al aplazar el Pleno de investidura. En La Moncloa se pasó del alivio al optimismo, y Rajoy lo tradujo el viernes en una revisión al alza del crecimiento económico para este año. El horizonte que se prevé en este momento no pasa por una repetición de elecciones en Cataluña, sino por una propuesta de un nuevo candidato, esta vez «limpio» de causas judiciales pendientes.

«En el fondo la situación ahora depende de Torrent», concluyen en La Moncloa, donde son muy cautos a la hora de valorar al nuevo presidente del Parlament, que sustituye a la activista Carme Forcadell. A él le corresponde nombrar otro candidato a la Presidencia de la Generalitat, o comunicar que no ha sido posible el primer intento de investidura. En este caso empezaría a correr el plazo de dos meses para plantear otra propuesta, antes de una hipotética repetición de elecciones. En el Gobierno esperan que Torrent, respaldado por ERC y una parte del PDECat, ponga sobre la mesa el nombre de un nuevo aspirante a la Generalitat . De entrada, valoran de forma especial la división de los independentistas y el hecho de que hayan empezado a salir nombres alternativos .

Mayoría en riesgo

En el equipo de Rajoy se consideran improbables unas nuevas elecciones catalanas. Las fuentes del Ejecutivo consultadas están convencidas de que a los independentistas no les interesa en absoluto volver a las urnas , porque pondrían en riesgo su mayoría parlamentaria. Pero también porque mandarían un mensaje negativo a sus votantes sobre su incapacidad de ponerse de acuerdo y lograr un candidato viable que pueda ser presidente de la Generalitat y ponga fin a las medidas excepcionales del 155. «A ver cómo iban a explicar a los suyos que por su culpa sigue vigente el 155 en Cataluña» , comentan en La Moncloa.

En los despachos de La Moncloa no lo quieren decir muy alto, pero se considera que se ha dado un paso decisivo hacia la «normalización» política e institucional de Cataluña, al quedar fuera de juego Carles Puigdemont. En el Gobierno creen que cada vez tiene menos crédito entre los suyos, pero también en el exterior. En el entorno de Rajoy se habla de los dos requisitos que debería tener un nuevo candidato: el primero, evidente, «que se encuentre en España», y el segundo, «que no esté en la cárcel».

Cuando el Gobierno rebajó la previsión de crecimiento para este 2018 en España hasta el 2,3 por ciento, después de crecer alrededor de un 3 por ciento en los últimos años, lo hizo solo por la incertidumbre que existe en Cataluña. De ahí que Rajoy condicionara cualquier revisión al alza de esa previsión a una mejora de la situación en esa Comunidad. Que Rajoy eligiera justo el final de esta semana para anunciar una subida de dos décimas es muy significativo. «Vamos por el buen camino. Estamos mejor que hace dos semanas», comentaron fuentes del Gobierno. Estas fuentes no descartan en absoluto que en el futuro se vuelva a anunciar más revisiones al alza del crecimiento en España: los anuncios irán parejos a los pasos positivos que se vayan dando en Cataluña. El desafío independentista es, según Rajoy, la única sombra que se cierne sobre la recuperación económica española.

Subida prudente

La subida, eso sí, ha sido muy prudente por ahora, solo dos décimas. Y el Gobierno no olvida que el 155 continúa plenamente vigente, muy a pesar de los ministros, «hartos» de tener que ocuparse de dos administraciones a la vez. «Estamos deseando que acabe ya» , reconoció uno de ellos, que como todos sus compañeros de gabinete tiene ahora una doble responsabilidad, la de su Ministerio y la de la Consejería correspondiente.

Las intervención en Cataluña al amparo del 155 estará vigente hasta que se forme un nuevo Gobierno, como se recoge en el acuerdo aprobado por el Senado. En La Moncloa entienden que no es necesario pedir una nueva autorización a la Cámara Alta si el 155 se prolonga más de lo esperado, ya que el texto fue muy claro en su día: su caducidad depende de la formación de un Gobierno. Otra cosa sería que el nuevo Ejecutivo autonómico volviese a las andadas del desafío independentista. En ese caso no se descarta en absoluto que La Moncloa volviese a recurrir a las medidas coercitivas. 

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