La ministra de Justicia, Dolores Delgado, en el centro del huracán
Dolores Delgado, en el epicentro de la tormenta y sonríe al entrar al patio del Congreso porque la...
Dolores Delgado, en el epicentro de la tormenta y sonríe al entrar al patio del Congreso porque la portavoz socialista le esperaba para mostrarle su apoyo y fundirse en un intenso abrazo. Eran las 9 de la mañana. Los periodistas insistentes preguntan a sus compañeros de Gobierno. Silencio de la vicepresidenta, silencio de otra ministra, de otras dos, y de otro. Más tarde si encontramos estos apoyos. Y comienza la guerra en el hemiciclo. El diputado del Partido Popular, Rafael Hernando llama ovni a la ministra de Justicia. Ella escucha casi en soledad, en la bancada del Gobierno sólo se encuentra su compañero, el ministro de Fomento. Hernando insiste y le pide que no siga llenando de oprobio a la democracia y le pide que se vaya. Otra diputada del PP, Maria Jesús Bonilla, añade que no entiende que por dignidad no haya dimitido. Ante estos ataques la ministra contesta con contundencia que a este Gobierno que trabaja por la ciudadanía y a esta ministra, nadie, nadie, los va a chantajear. Es el final del discurso de Dolores Delgado, los socialistas se ponen en pie para aplaudirle y en esta ocasión se funde en otro abrazo con la titular de Hacienda que había sustituido en el puesto al de Fomento.-Redacción-