Matar a la mano que te da de comer

Una pareja asesina a una discapacitada que les ayudaba con 1.200 euros al mes

El hombre detenido al ser llevado a dependencias policiales ABC

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Mientras trabajaron para su víctima, discapacitada, cobraron 2.500 euros al mes, pero ni siquiera cuando dejaron de hacerlo la mujer se desentendió de ellos, pues les pasaba una ayuda de 1.200 mensuales. Para el matrimonio, sin embargo, aquello no era suficiente y decidieron lanzar un órdago para quedarse con el dinero de su benefactora: asesinarla, haciendo pasar el crimen por un accidente... A punto estuvieron de conseguirlo, pero el trabajo de los investigadores de Homicidios y Policía Científica, junto al de los forenses, arruinó su apuesta. Ambos están ya en prisión, y pasarán allí una larguísima temporada.

La investigación comenzó el 16 de junio cuando una amiga de la víctima acudió hasta su domicilio, en Benidorm, inquieta porque llevaba dos días sin saber de ella, ya que a pesar de su insistencia no contestaba el teléfono. La relación entre ambas era muy estrecha y aquel silencio no tenía explicación, por lo que se acercó hasta el inmueble. Dentro descubrió el cadáver en el salón con el respaldo de la silla eléctrica que utilizaba para sus desplazamientos sobre la espalda.

En la primera inspección ocular la escena del crimen apuntaba a que se trataba de un accidente. Nada estaba revuelto, las puertas y ventanas no habían sido forzadas y la propia enfermedad de la mujer, que vivía sola en el domicilio, podía explicar el desenlace. La víctima sufría focomelia, una malformación de origen teratogénico que, en su caso, le había provocado que no tuviera extremidades, ni superiores ni inferiores. El origen de esa patología estaba en un fármaco que tomó su madre durante la gestación que provocaron esas malformaciones en la hija. Por todo ello cobraba una importante pensión asistencial.

Planeado

Fueron los forenses quienes alertaron de que ese supuesto accidente era, en realidad, un asesinato, y por lo que se veía bien planeado. Los exámenes realizados determinaron que los cuatro golpes en el cráneo que tenía la mujer eran incompatibles con un accidente fortuito y, aún más importante, con la morfología de su silla.

La información dio un vuelco al caso y los agentes de Homicidios comenzaron a reconstruir la vida de la víctima, sus relaciones y, sobre todo, quién podía tener fácil acceso a la vivienda. La mujer vivía sola en Benidorm desde diciembre de 2019, y ese era un al dato para empezar pues en tan pocos meses su círculo de amistades tenía que ser necesariamente muy reducido en esa localidad. Aun así, por personas de su entorno se supo que en el mes de mayo había contratado a un hombre de 59 años como asistente doméstico, y que tenía muy buena relación tanto con él como con su pareja, de 56. Cuando los investigadores entraron en contacto con el exempleado mostró su sorpresa por lo ocurrido y explicó que tras acabar el trabajo había regresado con su esposa a Lérida.

El relato de este individuo tenía lagunas, e incluso la propia forma de comportarse ante ellos levantó las sospechas de los policías, que sabían que podían estar ante la pista buena. Por ello, y cuando ya tenían más datos que le señalaban, decidieron volver a tomarle declaración. Esta vez fue en Jaca (Huesca) pues se había trasladado allí con su mujer. Ambos admitieron que tenían relación con la víctima desde hacía varios años. Explicaron que en 2019, cuando residían en Andorra, el hombre había trabajado como chófer, cobrando unos 2.500 euros. Cuando dejó de hacerlo, y sin que mediara ya servicio alguno, esta persona les seguía ayudando económicamente con una media de 1.200 mensuales.

Las pesquisas policiales, con análisis de los posicionamientos de teléfonos móviles, les situaba el día y a la hora en que se pudo cometer el crimen en la zona donde se encuentra el piso de Benidorm. Ellos habían utilizado medidas para evitar ser descubiertos, pero lo cierto es que dejaron fisuras porque no son profesionales, aunque hubiesen planeado con esmero el crimen. Los agentes comprobaron además que días antes del hallazgo del cadáver los sospechosos salieron con pocos minutos de diferencia desde Lérida hasta Benidorm en coches diferentes, regresando después a su domicilio.

Una vez en esa localidad turística, aprovechando que tenían las llaves del domicilio de la víctima que consiguió el hombre mientras trabajaba para ella, entraron en la casa y uno de los dos la golpeó cuatro veces en la cabeza con un objeto contundente, sin que la mujer tuviera posibilidad de defenderse. Luego la tiraron al suelo, la arrastraron unos centímetros y volcaron la silla eléctrica sobre su espalda, presionando luego con fuerza hasta que dejó de respirar. Finalmente, limpiaron el piso y prepararon la escena para hacer creer que había sido un accidente.

En las inspecciones en el piso de Benidorm la Policía encontró una caja fuerte en la que había sobres de extractos de dinero vacíos, que fue el botín obtenido por la pareja, a tenor del análisis de sus cuentas y también de las deudas que tenían.

Los sospechosos fueron detenidos el pasado martes en Jaca y se realizaron dos registros, uno en su vivienda de esa población oscense y otro en un garaje de Sabiñánigo, donde recuperaron parte del dinero robado y la ropa utilizada en el crimen. Los dos estan ya en prisión sin fianza acusados del asesinato.

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