Mas afronta hoy su plebiscito definitivo pendiente de la CUP
División en el seno de los anticapitalistas antes de una asamblea decisiva
Artur Mas, ante su verdadero plebisicito . Desde que en 2012 arrancase el proceso soberanista, el presidente de la Generalitat adelantó primero los comicios (25 noviembre de 2012), convocó luego una «consulta» (9 de noviembre de 2014) para acabar de nuevo con otro adelanto en forma de elecciones en clave «plebiscitaria» (27 septiembre de 2015). En los comicios de 2012 comenzó a menguar el espacio de CDC, por la consulta del 9-N está imputado ante la justicia, y en el segundo adelanto electoral, pese a ganar el independentismo en número de escaños, perdió el «plebisctito» en número de votos. Un balance desalentador sobre el que hoy el presidente catalán se enfrenta, ahora sí, al que es su verdadero plebisicito, no tanto sobre el «proceso», lo que también será decisivo, como sobre su propia persona. Todo o nada para quien se erige líder imprescindible de la ruptura.
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La CUP, un partido antisistema, en las antípodas de lo que siempre ha defendido CDC, decide la investidura o no de Mas, una disyuntiva que conducirá a Cataluña bien a la formación de un gobierno de tipo interino (la legislatura durará como máximo 18 meses, y a la vuelta del verano Mas se someterá a una cuestión de confianza), bien a la convocatoria de unas nuevas elecciones en primavera. El dilema, en una frase que ha hecho fortuna, es claro: «O Mas, o marzo» .
Partidos en dos
La progresiva reducción del espacio que ha ocupado Mas y CDC desde 2012 ha empequeñecido su capacidad de maniobra, poniéndose para su supervivencia política primero a merced de ERC, y ahora de la CUP. La decisiva reunión de hoy del Consejo Político del partido anticapitalista llega después de la esperpéntica votación de la pasada semana, cuando la militancia de la CUP, llamada a decidir sobre el sentido del voto de sus parlamentarios ante la investidura de Mas, acabó empatando a 1.515 votos . Toda una paradoja para un partido asambleario que siempre ha presumido de tomar las decisiones de abajo a arriba y que ahora se ve obligada a trasladar a su cúpula una decisión que parte, de manera milimétrica, en dos mitades exactas a la formación. Por un lado su facción más anticapitalista –alérgica a la investidura de Mas–, frente a otra en la que pesa más el sentimiento independentista: ¿Ganar primero la indepedencia para luego hacer la revolución o a la inversa? Una reformulación de la trágica discusión de 1936: ¿primero la guerra o la revolución?
La decisión está en manos de las 68 personas que forman el Consejo Político de la formación : 57 son los representantes de las 13 asambleas territoriales, que a su vez representan a 155 asambleas locales. Junto a ellos votarán también once representantes de organizaciones externas a la CUP pero vinculadas a ella. 68 votos, un número par que podría dar pie a un nuevo empate, algo sin embargo que la organización ya ha asegurado que no conducirá a un nuevo aplazamiento en la toma de decisión. Los diez parlamentarios también asistirán hoy al cónclave de Barcelona, aunque en su caso sin derecho a voto.
Del mismo modo que ni los más aventurados imaginaron que el pasado domingo se produjese un empate, resulta difícil hacer un pronóstico del resultado de la votación de hoy , más aún después de constatarse que la división sigue marcando el tono de la discusión en las asambleas territoriales celebradas ayer. Estas asambleas (13 contando la del «País Valencià») mandan a sus representantes al Consejo Político en un número proporcional a su tamaño, y orientan pero no deciden el voto de los mismos, aunque sí hay cierto compromiso de trasladar el resultado de cada asamblea de manera ponderada.
Por lo visto ayer, y desde un punto de partida en el que el «no» a Mas salía con ventaja, la opción de facilitar su investidura habría recuperado posiciones. No es el caso de la territorial de Barcelona, cuyos cinco delegados en el consejo se opondrán a la investidura tras la aplastante votación de ayer: 80% de contrarios a Mas. En otras territoriales (Penedés, Tarragona), el sentido mayoritario es el mismo, aunque en menor proporción. Por contra, otras asambleas como la de Gerona o Maresme, las posiciones estaban más equilibradas. Sus votos se suman a los de los once representantes de las formaciones aliadas con voto en el consejo, que siguen siendo claramente contrarias a facilitar la investidura al líder de CDC.
Tres salidas
Como sucedió en la asamblea de Sabadell, el equilibrio se mantiene, aunque de la reunión de hoy saldrá necesariamente una decisión vinculante. No sin mucha discusión, la formación someterá a votación tres salidas. La primera, tal y como avanzó ABC, llevaría a cinco de los parlamentarios a votar en contra de Mas y otros cinco a favor, mientras que una segunda apostaría una abstención en bloque. En ambos casos, y salvo que Mas logre votos favorables de otros grupos, habría nuevas elecciones. El tercer escenario, el esperado por Junts pel Sí, es el de dos votos a favor y ocho abstenciones, suficientes para que Mas repitiese como presidente. La investidura se produciría esta misma semana.
El empate de la asamblea de la CUP en Sabadell causó estupor , y agravó más si cabe el desconcierto entre amplios sectores de CDC, que empiezan a ver casi como un mal menor que en marzo haya nuevas elecciones. Mas, definitivamente, se somete a su plebiscito definitivo.